HABLA Yulieski González: El récord IRROMPIBLE, la exclusión Olímpica y la ruptura del Habana

Por Andy Lans 

   Hablar de los mejores lanzadores zurdos de las Series Nacionales (SNB) en el presente siglo nos lleva inevitablemente a mentar el nombre de Yulieski González Ledesma. 

   Su ausencia del plantel de los Cazadores de Artemisa para la LX Serie Nacional ha despertado la curiosidad en algunos. Otros preguntan: ¿Y ya no juega?, quizás por la costumbre de contemplarlo año tras año en el roster, aun cuando ningún medio rescatara su figura del olvido. 

   A lo largo de 23 clásicos domésticos, Yulieski González lanzó 435 encuentros y 2 mil 392 innings. Ganó 150 desafíos y perdió idéntica cifra. Su promedio de limpias (PCL) quedó en 3,92. Ponchó  mil 563 adversarios y regaló 880 boletos. Otra interesante estadística de su trayectoria resultan sus 80 corredores interceptados. 

 Inicios en la pelota…  

   —Empecé a jugar béisbol desde los siete años. A los 10, asistí a mi primer Campeonato Nacional Sub 12 con la “difunta” provincia Habana. Pasé por todas las categorías posibles. En la de 15-16 años, participé en un Panamericano celebrado en San Luis, Estados Unidos. Ya en los juveniles, pensábamos ir a otro Panamericano, pero suspendieron el viaje porque Colombia no garantizaba la seguridad del equipo. 

Debutaste en la SNB 37 con tan solo 17 abriles ¿Ante que elenco y bateador?  

   —Salí contra el zurdo Ariel Benavides en Guantánamo. Benavides, me conectó el primer hit. 

¿Te chocó la entrada en el máximo nivel cubano?  

   —Había trabajado en la Liga de desarrollo, que antes se organizaba al unísono de la Serie Nacional. Por mis buenos resultados en aquel circuito, me subieron al conjunto Habana. En mi primera subserie ante las Avispas de Santiago de Cuba, en el estadio Guillermón Moncada, no lancé. Sin embargo, en la siguiente contra los Indios de Guantánamo, cumplí con cuatro capítulos de relevo. Obtuve mi primera victoria ante Metropolitanos, en el municipio San José.  

   »Uno siempre experimenta un poco de inseguridad al principio. Más en aquella época de grandes peloteros como Orestes Kindelán, Omar Linares y Antonio Pacheco.

¿Con qué armas contabas para dominar?  

   —Al llegar de los juveniles poseía los tres lanzamientos básicos: recta, curva y cambio de velocidad. Después incorporé el tenedor, y una recta dos costuras parecida a una sinker.  

   »En una situación complicada, prefería utilizar la recta pegada. Alcancé hasta 94 millas por hora.  

En la campaña 2008-2009, los Vaqueros de La Habana consiguieron el título. Sin embargo, antes perdieron la final de 2005 ante las Avispas santiagueras. ¿Cuánto crecieron los Vaqueros de una final a la otra?  

   —Llevábamos mucho tiempo juntos. Clasificábamos a la postemporada de forma intermitente, pero bajo el mando de Esteban Lombillo adquirimos mayor regularidad. Por su parte, el entrenador de picheo Gálvez logró uno de los staff de lanzadores más completos de Cuba. 

   »Nuestro picheo solo necesitaba tres o cuatro carreras para ganar, a lo que sumábamos la solidez defensiva. Los dos primeros bateadores, Dennis Laza y Rudy Silva se embasaban con frecuencia. Michael González, uno de los más oportunos en los playoffs, casi siempre los empujaba. Rafael Orta y Juan Carlos Linares ponían su granito de arena. Tan bien nos entendíamos, que prácticamente jugábamos de memoria. 

   »En la final contra Santiago, no terminamos nada mal. Perdimos cuatro juegos por dos. En ese último partido, nos dejaron al campo 2×1 con un hit de Pedro Poll frente a Yadiel Pedroso. 

Tú compañero más cercano de aquel plantel…  

   —Jonder Martínez, mi amigo de toda la vida. Cuando empecé en la Serie Nacional, ya él me adelantaba en dos temporadas. Todos me acogieron muy bien, pero Jonder y Raúl Valdés compartieron el cuarto conmigo. 

   La Serie 2007-08 trajo consigo la consagración de Yulieski González. El oriundo de Alquízar, cuajó unos de los más notables desempeños de un serpentinero desde la aparición de las Series Nacionales.  

   Yulieski, impuso récord de 15 victorias seguidas para el calendario regular de la justa. No perdió. Acabó líder en ponches con 111 abanicados en 124 episodios. Ocupó el tercer escaño de efectividad con PCL de 2.25, según apunta el sitio Baseball Reference. 

   «Todo se resume al entrenamiento. Lo demás radica en el control, al que considero el principal atributo de un pítcher. Sin control, no puedes trazar una estrategia. Lancé más seguido el cambio, y perfeccioné el tenedor para ponchar», nos relata el Zurdo de Oro en relación a su sensacional torneo. 

Imagino que incrementaba tu confianza a medida que ganabas…  

   —Así mismo. Solo tuve par de salidas malas ese año, las dos frente a Guantánamo. El día inaugural, me explotaron en el quinto inning. Dejé el choque con desventaja de cuatro o cinco carreras. Por suerte, empatamos y me salvé de la derrota.  

   »Entonces, inicié la racha de ganados hasta que enfrenté nuevamente a los Indios en San José. Volví a reventar en el quinto, pero Toledo, el tercer receptor nuestro, le pegó jonrón a Alexander Rodríguez en el noveno capítulo para igualarlo. Jonder y yo andábamos invictos. Me viré hacia él y le dije: “Si no perdí este, no pierdo en todo el año”.  

No obstante, tras su fabuloso rendimiento, Yulieski González quedó excluido de los Juegos Olímpicos Beijing 2008 en una tamaña injusticia sin precedentes en la conformación de un equipo Cuba. 

   «Respeto a la dirección del INDER y al colectivo técnico de ese momento, pero no me explico mi ausencia de esas Olimpiadas. Creo que me había ganado con creces mi presencia en Beijing. Al final, en aquella campaña ningún pitcher me superó dentro de Cuba. 

¿Cómo te eliminan de la preselección?  

   —Confeccionaron el equipo un lunes. Luego, comunicaron que en el próximo congresillo realizarían cambios. Desde ese minuto, yo no lancé más, ni siquiera de relevo. Después se reunieron conmigo para ponerme al tanto de la decisión. “Decidimos eliminarte, prepárate para el Clásico”, fueron sus palabras. Les pregunté si mi rendimiento en la Serie no bastaba, pero no contestaron nada. 

   »Yo ya lo sospechaba porque conocía la dinámica de la selección nacional. Y cuando los dirigentes no te miran ni conversan contigo, sencillamente no entras en sus planes. 

¿Qué significó para ti la disolución de los Vaqueros de La Habana en Cazadores de Artemisa y Huracanes de Mayabeque?  

   —Resultó muy difícil para todos. Nuestros números y promedios de ganados se vinieron abajo. No menosprecio a los Cazadores porque como provincia nos hemos colado incluso en segunda fase, pero nunca será lo mismo. 

   »Si divides a la mitad a uno de los conjuntos más competitivos, tardarás varios años en regresar a la cima. Al mandar a todos los lanzadores para Artemisa, no contábamos con la ofensiva necesaria para ganar. 

   »Por otro lado, los jugadores dejamos de esforzarnos al caer en desmotivación. En mi primer campeonato con Artemisa, terminamos como el picheo con más jonrones tolerados. Teníamos la localía en el terreno de Bauta donde la bola caminaba demasiado. 

De tus 150 descalabros en Series Nacionales, 52 los sufriste con Artemisa. De no ser por esa catastrófica orientación, quizás hubieses festejado las 200 victorias…  

   —¡Seguro! Jonder Martínez se trasladó a los Cocodrilos de Matanzas y mantuvo sus resultados. Cuando ves que lanzas bien, y no ganas, decae tu estado anímico. 

¿Consideras que debieron conservar a los Vaqueros en representación de las nacientes provincias?  

   —Creo que sí, a pesar de la división político-administrativa no encontré razones para desmembrar ese gran equipo. Fíjate que los lanzadores de la antigua Habana, perdimos la continuidad en el Cuba. 

   Entre tantas inconsistencias, Yulieski González disfrutó, en la gesta 2015-16, de la posibilidad de reforzar a Industriales bajo la pupila de su ídolo de la infancia Javier Méndez: 

   «Me gustaba Industriales desde pequeño. Soy de Alquízar, al igual que Agustín Marquetti. Veía a Javier Méndez y, además, jugaba center field cuando niño. Por eso, resultó un honor para mí que Javier me dirigiera en Industriales. Todo pelotero sabe que Industriales representa la élite del béisbol cubano». 

   Al servicio de los Azules, Yulieski actuó como relevista con una sonrisa, un fracaso y un salvamento en 13.1 actos. Trabajó para un PCL de 3,38. En la postemporada, el zurdo no corrió con la misma suerte (PCL: 13,50). 

   Previamente, en 2013, González pasó por los Piratas de la Isla de la Juventud (G: 2 P: 2, IP: 62, PCL: 2.61, K: 28, BB: 23). 

EN LA ARENA INTERNACIONAL  

   Par de Copas Mundiales, Intercontinentales y Clásicos, entre otros eventos, prestigian el aval de Yulieski González con el Elenco de las Cuatro Letras.  

   En la Copa Mundial Holanda 2005, Yulieski registró tres triunfos con PCL de 1.62, al tiempo que ponchó a 17 rivales en 16.2 entradas: 

   «Lo recuerdo como mi primer equipo nacional de mayores. Higinio Vélez fungió como mánager. Recibí la confianza para abrir desde la preparación en Morón (Ciego de Ávila). Me enfrenté a Brasil, dejé el marcador favorable 5×1; le caminé sin complicaciones a Canadá, pero pensé que por mi poca experiencia no lanzaría en semifinales. Sin embargo, se me acercó el entrenador; me preguntó quién debería abrir en ese importante desafió, y le dije que yo mismo. Vencí a Panamá, pasamos a la final y trajimos el oro», rememora.  

En los Clásicos Mundiales de 2006 y 2009 repartiste 10 boletos en siete innings ¿Sentías presión en este tipo de certamen?  

   —Uno siempre siente presión por la ansiedad de querer que las cosas le salgan bien. Representamos a un país donde a todos les gusta la pelota, y conocen sobre esta.  

   »Debuté en el Clásico ante Puerto Rico, saqué dos outs y otorgué tres bases seguidas. En mi siguiente presentación contra República Dominicana, picheé a lo largo de tres entradas, y ante Japón, un zurdo me conectó un fly al jardín derecho. No permití anotaciones ahí. 

   »En 2009 gané de relevo frente a México, aunque hice un balk en un partido crucial. Eso pasa por el mismo deseo de dar lo mejor de uno. 

¿Qué oponente te impresionó más en los Clásicos?  

   —Me medí ante buenos bateadores, pero David Ortiz y Albert Pujols eran los que más temía. 

Háblame de tus duelos contra Canadá en los Mundiales de 2005 y 2009…  

   —Los canadienses traían muchos bateadores zurdos de calidad. Les pichaba por el lado del brazo y les colocaba la bola. Los retaba y permanecía por encima de ellos en el conteo. Por eso los derroté en par de ocasiones. 

EL RETIRO  

¿Qué factores en particular te movieron a la hora de poner fin a tu carrera deportiva?  

   —Quería disputar la Serie 60. Me preparé para ello, pero después del estallido de la pandemia estuve inactivo durante unos meses. Analicé junto a mi familia y tomé la determinación de retirarme. Tampoco me gustaría terminar con un balance negativo de victorias y derrotas.  

¿Se te ha notificado de la intención de realizarte algún homenaje o retiro oficial?  

   —Hasta ahora no me han llamado para eso. Yo quedé con el director del equipo Artemisa en ayudarlo desde la banca, sin embargo, jamás me contactaron para ejercer esa otra función. 

¿A qué te dedicarás?  

   —Trabajo en el INDER municipal de Alquízar. Iba a empezar con los “chiquillos” del 7-8, mas la situación del coronavirus no lo ha permitido. Si pienso ocuparme de Alquízar en la Serie Provincial de la primera categoría. 

Ya quedaste campeón con ellos…  

   —Sí, ganamos nuestro primer título. Jugar y dirigir son dos cosas totalmente diferentes. Lo principal como mánager consiste en conversar con los muchachos. Antes de director, hay que ser hombre. En mi etapa de pelotero, cuestionaba las diversas situaciones de juego cuando me tocaba ir a la banca. Ojalá, y pueda dirigir a los Cazadores de Artemisa algún día.

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