Por Alexander García Milián
El exorcizado, el hombre de vuelta, el que regresó de la nieve a la más pura prosa de Le Carré. De muchos modos le cala bien al pinareño Vladimir Baños, nombrarlo el renacido del béisbol cubano. Cuando todos lo desechaban, lo execraban hasta en Pínar del Río, Roger Machado lo llamó de refuerzo con Ciego y fue puntal en el subcampeonato obtenido contra Granma hace dos años.