Por Alexander García Milián
Pensar siquiera que Cuba tuviera que ir a un pre panamericano para clasificar al torneo de béisbol de los venideros juegos continentales previstos a celebrarse en Lima, el año próximo; pensar eso es como encarnar a la teoría más absurda dentro del absurdo.
Las analogías vuelven a fluir solas; centroamericanos del 46 en Barranquilla, centroamericanos del 82, en La Habana; Cuba que era favorita, siempre era favorita en todo lo que tuviera que ver con béisbol queda fuera; pésimas actuaciones, momentos de crisis que las crisis hacen aflorar de nuevo. Lo que resulta algo irrefutable una vez más, es que está debacle por la que atravesamos ahora, no tiene comparación con sucesos anteriores en la historia.
La entrevista al comisionado técnico, Leonardo Goire, nos dejó a todos con la boca abierta, – Nosotros vamos a guapear,… no sabemos como andan los otros equipos,… solo estamos enfocados en nosotros mismos- No es loable tratar de entender como una figura de su rango, pueda expresar algo semejante; da por sentado que no se escautean los equipos, siembra dudas sobre la preparación técnico- táctica para enfrentar los juegos, sobre como descifrar ese pitcheo difícil.
El beneficio de las interrogantes quedan para seguir rompiéndonos la cabeza…
El despertar antillano ante Dominicana y Nicaragua, con producciones superiores a las diez carreras; el cambio de actitud le da crédito a Goire y al cuerpo de dirección del Cuba; aún queda el difícil juego con Colombia en la fecha de cierre; las cosas pintan mejor para los nuestros; pero como lo dije con anterioridad el hombre para buscar una decisión positiva, era Vladimir Baños; ir a jugarse el boleto a Lima, con Freddy Asiel o Yoannis Yera deja dudas respecto al desenlace.
Los esquematismos aún nos aprieta, el librito de Martí, que es el de Higinio, Aragón y tantos otros,- los de siempre; ese librito creo que pone a Cuba contra la pared; a los Nicas se les ganaba con Elosegui en el box,– jaajaa- suena a sorna pero es verdad señores, al fuego había que ponerle toda la leña, y me parece que el escenario de este domingo es el que tiene toda la importancia. Pero bueno de esas historias de enamoramientos y de libritos hemos estado cargados en los últimos años.
La variante del pre panamericano suena por sí misma cruel, absurda, es el colmo de la inopia por la cual transita nuestro pasatiempo. No dudo de la clasificación, en cualquier contexto de Cuba a los panamericanos de Perú; pero estimados lectores,.. Hasta ahí… Tokio, Olimpiadas, 1992, 1996, 2004; luce como la más lejanas de las utopías. Solo la añoranza por lo vivido nos sigue insuflando los ánimos.
Mucho se ha escrito o se ha dicho al respecto en los últimos días, siempre la pelota, así sea en un cuatro esquinas nos pone a delirar de un modo único. Unos hablan que sí, que es contextual problema, algo circunstancial, otros que no hay solución, que el béisbol está perdido. La conciencia lectores, nos juega malas pasadas, nos retrotrae a recuerdos que maquillan en algo el padecer. El decir, el hacer se vuelve cosa de segunda línea, la realidad se impone de nuevo, hay que mirar, mirar bien, adentro , afuera; la pelota se goza en Cuba, como se goza una salsa o una buena comida criolla.
En momentos así, donde todo está por el suelo, deben aparecer grandes soluciones; lo lastimoso del asunto es que los que deciden, los hombres que tienen las riendas en sus manos para empujar adelante el béisbol están con su mente en el cavernario. No obstante la esperanza es lo último que se pierde, aferrémoslo todo a ella pues.