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No existe un solo amante del beisbol cubano que no quiera ver a las mejores figuras antillanas vestir la franela del equipo Cuba. Pero la pregunta que se hacen muchos es ¿a qué costo? La política nos ha alejado de disfrutar de lo que más vale y brilla del talento en la Mayor de Las Antillas, así como ha privado a muchas de estas estrellas de probarse en la Gran Carpa.
Pero lo peor no ha sido eso. Las sanciones que han sufrido aquellos que decidieron abandonar la Isla o una concentración del equipo Cuba han sido brutales. Años sin ver su familia, años privados del derecho de volver a su tierra natal. Condenados al ostracismo por los medios nacionales mientras protagonizaban hazañas en el mejor beisbol del mundo.
Las cosas han cambiado bastante. Los decisores, en parte obligados por la llegada el Internet a la Isla, han tenido que aceptar que hay peloteros cubanos luciendo en Las Mayores. Sin embargo, hay muchas heridas que aún no sanan y muchas disculpas que aún no se han ofrecido.
Jugar por el equipo Cuba ¿Orgullo o vergüenza?
Las opiniones son tan diferentes como las mentes. Cada cual es libre de pensar como quiera, pero hay que hacerlo desde la consciencia y el conocimiento.
Por supuesto que es un orgullo vestir la franela de la selección nacional de tu país. Estoy seguro que para cualquier atleta, el más grande del deporte que sea, ponerse ese pulover es el sueño supremo.
Sin embargo, ¿bajo qué condiciones se hace eso? ¿A quién o qué representas?
La empatía es uno de los valores más importantes de cualquier ser humano. Para un servidor, sería bien injusto y sinvergüenza recibir la luz verde para colgarme la franela del equipo Cuba sabiendo que muchos de mis compañeros de profesión, totalmente aptos para ser llamados, sean o han sido desechados por motivos meramente políticos.
Además, sin recibir ninguna disculpa por los años que sufrieron sin ver a sus seres queridos y por las blasfemias que se esgrimieron en sus nombres. Recordemos que a muchos se les llamó traidores y excubanos.
En ese sentido, vale mencionar que no se ve intención alguna desde las altas esferas políticas del país de ofrecer una disculpa a los Aroldis Chapman, René Arocha, Orlando Hernández y otros tantos que sólo salieron de Cuba para mejorar económicamente y medirse en el mejor beisbol del mundo.
La politización es el enemigo número uno
La posición política y la forma de pensar no debería ser un requisito a tomar en cuenta para armar un equipo Cuba. Sin embargo, nada más alejado de la realidad.
En Cuba, hacen una cosa y dicen otra. El llamado Team Asere en el V Clásico Mundial es la prueba de que no existe deporte sin política para los mandamases de la Isla. Inclusive Miguel Díaz-Canel se tomó la libertad de visitar y saludar a los integrantes de la preselección de cara a aquel torneo. Y ni hablar de la propaganda política que esto provocó.
Por supuesto que todo pelotero cubano consciente no entrará en este circo, aunque tenga muchas ganas de participar. Entonces ¿quiénes ponen las condiciones? ¿Es el equipo del pueblo o el de la dictadura?
Si a los gobernantes y decisores del beisbol cubano les importara el pueblo se alejarían. Como mismo sucede con Venezuela, un régimen autoritario igual que al antillano, pero que se mantiene al margen para que los atleta, independientemente de su posición política, tengan al menos la libertad de representar a su gente.
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Experto en Industriales de La Habana y Periodista Deportivo
Especialista en los Industriales de La Habana, periodista deportivo con enfoque en el Real Madrid y los Boston Red Sox. Miembro de la familia de Swing Completo desde 2021.
Reaente todo deportista que abandono su equipo, en la antesala de los juegos, no debe jugar más nunca con Cuba, no es problema de política, es de honestidad con sus compañeros, aquel que se fue por cualquier vía, si tiene todo el derecho de jugar con Cuba, recuerdo a los Gurriel, se fueron después de terminar el campeonato, para mí tienen todo el derecho, fueron honestos, lo dieron todo en la competencia, Chamnam aunque sea el mejor no juega en mi equipo, dejo abandonado a su gente, salto sin jugar y le privó a otro jugador de participar.
Esta es mi opinion personal: Es un DESCARO, INMORAL y una falta de respeto que un jugador que escapo de la Isla Cárcel comunista y juege en las MLB vuelva a la Isla Esclava a jugar para los Mayorales que los azotaron, les dijeron traidores, gusanos y todo tipo de improperios cuando decidieron desertar. El gobierno de Trump no deberia dejarlos entrar; que se queden lameandole el c… a sus amos comunistas.
Es que ni an pizado la Isla jugaron por Cuba pero no regresaron, yo creo que el pueblo es quien gana en todo esto, que se alegra, que ve esperanza en medio de la desesperación y caos al ver a sus mejores atletas diciendo estomos aquí dándole expectaculo al nos desde la distancia, yo me alegro y no los condenó lo veo ganó, que se olvidan del odió por los directivos mafiosos y miran al pueblo, a su familia, a sus padres q sus vecinos, a los compañeros de aula que quedaron atrás en el tiempo bravo por lo que han dicho si quiero juagra ,y se fueron por encima del odió, de la menteri de la propaganda de la mafia dentro y fuera, bravo les vamos a ver y les vamos aplaudir