Equipos “hermanos” que cortaron récords de Macías y Valle

Carlos Fleites Torres

MLB

No hay peor cuña que la del mismo palo, reza el viejo refrán, que se aplica perfectamente al récord de juegos consecutivos ganados en más de una temporada por un lanzador en las Series Nacionales cubanas.

Series Nacionales cubanas

No hay peor cuña que la del mismo palo, reza el viejo refrán, que se aplica perfectamente al récord de juegos consecutivos ganados en más de una temporada por un lanzador en las Series Nacionales cubanas.

La marca perteneció primero a Rolando Macías, que eslabonó 21 triunfos seguidos entre los años 1968 y 1969, luego pasó a Lázaro Valle, con 25 éxitos al hilo entre 1988 y 1989, para regresar de nuevo a Macías después de que en el 2015 se añadieran a la labor de por vida 13 juegos de play-off, uno de los cuales perdió el derecho capitalino para devolver el trono al “músico de San Fernando de Camarones”.

Lo curioso del asunto es que tanto la primacía de Macías como la de Valle fueron cortadas de cuajo por equipos de su misma provincia, demostrando que no hay peor astilla que la de la misma madera. Macías, que jugaba para Azucareros, vio anulada su racha por el conjunto de Las Villas, en tanto Valle, enfundado en el uniforme de Industriales, vio trunca la suya ante el conjunto Habana.

21 victorias consecutivas

Rolando Macías, uno de los mejores serpentineros cubanos de la época, llegó al martes 25 de marzo de 1968 [VII Serie Nacional] con balance de 6 victorias y cuatro derrotas. Esa noche derrotó a Industriales, 4-1, en el estadio “Sandino” de Santa Clara [bateó de 3-1, ponchó a siete y otorgó tres boletos] para dar inicio a su cadena de triunfos. Sin imaginarse el hito que estaba por conseguir, ganó en esa campaña seis juegos más para cerrarla con siete sonrisas consecutivas.

En la siguiente temporada, salió por la puerta grande en 14 ocasiones seguidas -sumando 21 triunfos al hilo-, antes de ser frenado en seco por el otro elenco de su provincia, Las Villas, que con magistral relevo del veterano Modesto Verdura se impuso 7-4 en el “Sandino” el martes 18 de marzo de 1969 en el marco de la VIII serie.

25 triunfos al hilo

Valle, que nació en Marianao pero fue inscrito en Las Villas donde su papá hacía zafras en 1962, cerró la clasificatoria de 1988-89 ganando ocho consecutivos, más otro éxito en la postemporada. Siguió invicto en el certamen que vino a continuación, la XV Serie Selectiva 1989, en que triunfó en 10 juegos sin la sombra de una derrota, para estirar a 19 su cadena sin perder y acercarse al primado de Macías.

Sin quitar el pie del acelerador, hizo seis muescas más en la nacional de 1989-90, para borrar la de Macías y estirarla a 25. Fue entonces que sus vecinos del Habana, jugando en sus predios del Nelson Fernández, le pusieron un alto a su foja inmaculada el martes 26 de diciembre de ese año 1989: ganaron 3-2 apoyados en soberbio relevo de Javier Gálvez, a quien no le conectaron hit en cinco entradas y un tercio.

Frenado en los despachos

Durante años, como es natural, Valle se vanagloriaba de haber roto uno de los récords más antiguos de las Series Nacionales, uno que parecía irrompible, hasta que los dirigentes del béisbol de la isla convinieron en sumar a la labor histórica de los jugadores lo acontecido en los play-off de las Selectivas de 1978 y 1989. Y entonces apareció una derrota de Valle en la serie extra que Las Villas le ganó a Ciudad de la Habana, 2-0.

El 11 de mayo de 1989, en pleito acaecido en el parque Genaro Melero de Jatibonico, el supersónico de la capital cayó vencido, 2-4, derrota que le otorgó el campeonato a los villareños. Lázaro Valle pagó los platos rotos de la sumatoria de esos eventos pasados y la sonrisa volvió a los labios de Rolando Macías.

Otro registro de respeto

No podemos dejar de mencionar que el récord de más victorias consecutivas en una sola temporada pertenece al derecho espirituano Yuliesky González, que salió 15 veces seguidas con el brazo en alto en la Serie Nacional 47, sin encajar ningún revés. En el ejercicio siguiente, sucumbió a las primeras de cambio ante Guantánamo, 1-6. No se “trajo” nada de la 46 porque en su última presentación fue neutralizado por Industriales en los play-offs de ese año.

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