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Miguel Vargas terminó el 2025 con una deuda pendiente. Pese a que vivió un ápice de alivio porque logró mantenerse con el equipo grande de Chicago White Sox aunque las lesiones lo obligaron a pausar su accionar deportivo, existe un déficit porque el talento que lo llevó a ser uno de los prospectos más llamativos del sistema de Dodgers aún no se ha traducido en la consistencia que muchos esperaban.
A sus 25 años de edad, Miguel Vargas es un jugador que necesita resultados un poco más concretos. En su primera temporada completa con Chicago, dejó promedio de .234, con 16 cuadrangulares y 60 impulsadas. Números aceptables para un pelotero en crecimiento aún, pero lejos de lo que se proyectaba cuando debutó en 2022.
Miguel Vargas busca soltarse en MLB
La organización lo ve como parte del plan a mediano plazo, especialmente por su disciplina madero en mano y las habilidades defensivas que posee para jugar tanto en tercera base como en los jardines. Sin embargo, el propio Vargas sabe que el 2026 será el año que defina su futuro inmediato; o se consolida como pieza titular o se convierte en una ficha de cambio más dentro de un equipo que busca salir de su mal bache.
Hay algo en Miguel Vargas que todavía transmite algo de incomodidad. Es como si aún estuviera buscando la versión más natural de sí mismo. Durante buena parte del 2025 intentó ajustar su mecánica de carga y ángulo de bateo, yendo tras el poder sin desperdiciar contacto, pero los resultados fueron intermitentes.
Lo que sí se mantuvo fue su enfoque. En un roster joven y con altibajos, Vargas asumió su rol con serenidad. Varios coaches del equipo destacaron sobre todo la disposición del cubano para trabajar, incluso cuando las cosas no salían bien. Esa mentalidad es una de las razones por las que la franquicia no ha perdido la paciencia con él.
De cara al 2026, la pregunta es sencilla: ¿Puede Miguel Vargas conectar todo su potencial? Si logra mejorar su contacto ante lanzadores derechos (donde apenas bateó .217 en 2025) y elevar su porcentaje de embasado, podría convertirse en una pieza importante dentro del lineup.
Futuro con mucho aprendizaje para el cubano
Vargas tiene la ventaja de conocer la presión. Sabe lo que es caer, ser enviado a Ligas Menores y regresar. Esa experiencia, más que cualquier número, podría marcar la diferencia en su próxima temporada.
El cubano no va tras reflectores; él busca tranquilidad. Quiere jugar sin pensar en estadísticas, sin comparaciones, sin la sombra de su antiguo estatus de “prospecto top”. Si lo consigue, los resultados llegarán por añadidura.
Chicago, un equipo que ha aprendido a vivir con calma, le dará una nueva oportunidad. Miguel Vargas tiene talento, disciplina y la historia a su favor.
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Venezolana | Con una profunda pasión por el béisbol, el deporte más bonito del mundo. Desde muy pequeña, he sido una ferviente seguidora de este increíble pasatiempo, lo que me ha llevado a involucrarme activamente en este ámbito.
Actualmente, soy autora, editora y miembro del equipo ejecutivo de Swing Completo, donde combino mi formación técnica con mi amor por el deporte para ofrecer contenido de alta calidad y relevancia para los aficionados del béisbol.