Pelotazo a la cara calienta juego en Serie Nacional

José Alberto Portela Aportela

El aditamento que protegió la testa del atleta se fracturó en un segmento, como prueba de la velocidad y potencia que trajo el equivocado envío.

El aditamento que protegió la testa del atleta se fracturó en un segmento, como prueba de la velocidad y potencia que trajo el equivocado envío. Beisbol cubano

La jornada del 6 de noviembre en la 64 Serie Nacional del beisbol cubano trajo consigo un momento de preocupación extrema, debido a un hecho que ocurrió en el estadio 26 de julio de la provincia de Artemisa. En este escenario se dirimió el cotejo entre los locales y los Cachorros de Holguín. El tercer inning fue testigo de un pelotazo que acalló por un momento a los aficionados que se dieron cita para presenciar el juego.

En el instante mencionado, la pizarra marcó una ventaja de dos carreras por cero favorable a los visitantes, pero los discípulos de Lugdis Pineda volvieron a la carga y se revelaron después de dos outs. Un doble de Lázaro Cedeño, más dos boletos con un error intercalado, posibilitaron que Carlos Barrabi se plantara en el home plate en un importante turno ofensivo ante el pitcher Andy Luis Pérez.

Las imágenes desataron la preocupación ante los daños que pudieron surgir

Sin embargo, la acción se saldó por la vía más inesperada y dolorosa. El lanzador de los Cazadores perdió por completo el control y la esférica salió en dirección a la cara de Barrabi, quien en un instinto de defensa hizo un leve movimiento que resultó fundamental para evitar daños mayores.

La pelota impactó de lleno en el casco del oriental, quien en cuestión de segundos se desplomó en el terreno. De inmediato, los integrantes de ambos equipos salieron a ver brindar los primeros auxilios y la preocupación fue evidente. Los minutos parecieron eternos en este acontecimiento, que se transmitió en televisión nacional.

El aditamento que protegió la testa del atleta se fracturó en un segmento, como prueba de la velocidad y potencia que trajo el equivocado envío. Los demás atletas, más los entrenadores y el público en general hicieron silencio a la espera de los pormenores del accidente.

La acción no trajo consigo un saldo desafortunado en el beisbol cubano

Pero, la 64 Serie Nacional del beisbol cubano escapó esta vez de lo peor. Carlos Barrabi se incorporó poco a poco y en ningún momento perdió el conocimiento. La repercusión visible quedó en la sangre que brotó de la boca del holguinero. El susto fue mayor que las consecuencias del incidente.

El andar pausado pero firme del afectado, calmó un poco las preocupaciones. Como era de esperar, el alto mando de los Cachorros sustituyó a su integrante, para valorar con más calma el físico del joven. No era necesario arriesgar y la salud es lo primordial.

Más de una vez el beisbol cubano vivió historias similares con resultados que en algunas ocasiones tocaron el límite de lo peligroso. En esta oportunidad, la tensión fue mayor que los resultados a lamentar.

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