Por Gian Franco Gil
El estelar jugador de Los Angeles Angels, Shohei Ohtani, volvió a dar otra demostración de poder en la actual temporada de Grandes Ligas, tras conectar su cuadrangular 21 en el duelo entre su equipo y Texas Rangers, celebrado en el «Globe Life Field» de los «Vigilantes».
La conexión del japonés a la altura del noveno episodio, con pizarra en contra de 6×1, podría quedar enmarcada en la historia del mejor béisbol el planeta. El swing perfecto. El impacto en el instante preciso; y un poder sobrenatural del asiático hizo que la esférica viajara hasta los 453 pies entre los jardines izquierdo y central.
De otro planeta, extraterrestre, inigualable, son algunos de los apelativos que usan los aficionados para referirse al hombre que revolucionó el béisbol. Su batazo de esta noche fue otra prueba de que está muy por encima del nivel existente en Estados Unidos.
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Un estacazo típico del más poderoso de los bateadores derechos. En la segunda sección de gradas cayó «Doña Blanca». Allá en lo alto la esperaron los aficionados; tan eufóricos como sorprendidos. Quizás ni ellos esperaban llevarse un recuerdo esta noche a su casa de la visita al coloso texano. Solo Ohtani sabe a donde puede llegar, y en ocasiones da la impresión de que hasta él se sorprende. Impresionante.
Con Taylor Ward en la intermedia llegó Ohtani al cajón de bateo. El marcador era amplio, pero el oriental mantenía la misma concentración que utilizó en la final del V Clásico Mundial de Béisbol.
En cuenta de una bola sin strike, el lanzador rival, Will Smith, se permitió enviar hacia el plato una recta a 94 mph. Grave error. Ohtani, como un gran extraclase, esperó el lanzamiento y lo golpeó justo sobre el pentágono.
Ese momento fue una maravilla. Quizás verlo en cámara lenta pueda servir como material educativo. Si increíble fue la distancia hasta donde viajó, igual de llamativa fue la aceleración de su swing y la velocidad inicial que alcanzó la pelota: 116.1 mph.
Los Angelinos se encuentran en el tercer lugar de la División Oeste de la Liga Americana, con registro de 38 éxitos y 32 fracasos. Mientrás, en los últimos 10 enfrentamientos acumulan ocho «sonrisas» y solo dos descalabros.
El rendimiento del equipo en los últimos 10 encuentros ha estado directamente relacionado con la labor del japonés, pues en los 14 juegos más recientes acumula ocho jonrones, 17 impulsadas y su average es de .418.