Por Juan Páez
Si bien la temporada 2018 de José Abreu en las Grandes Ligas no fue del todo mala, es cierto que sus números estuvieron muy por debajo de sus estándares ofensivos, también debido a que estuvo lesionado y solo participó en 128 juegos. Pero el primera base de los Medias Blancas de Chicago no perdió tiempo para renacer con el madero en un momento idóneo: la última campaña de su contrato con los patiblancos.
Abreu tiene un inicio tremendo, comandando a su equipo en el corazón de su alineación. En 31 compromisos, suma 35 imparables, nueve dobles, siete estacazos de vuelta completa, 17 anotadas, promedio de .285 y un OPS de .888.
Pero quizás la estadística de mayor peso hasta ahora en su accionar es las carreras impulsadas: acumula 32, la máxima marca de la Liga Americana hasta terminada la jornada del sábado, con dos por encima de Adalberto Mondesí (30).
La proyección de “Pito” en ese departamento es de 167 para el final de la etapa eliminatoria, cifra que apenas se ha logrado 11 veces en la historia y que se alcanzó por última vez en 1938 (Jimmie Foxx).
Concretar ese cálculo será difícil para Abreu y para cualquier otro jugador; tendría, por supuesto, que mantener el ritmo que lleva en la actualidad por un trecho de casi cinco meses más y no sufrir problemas físicos.
Pero al menos, en cuanto a sus topes personales, le sería mucho más fácil quebrar su récord de fletadas (107, en 2014). De hecho, en aquella temporada (cuando ganó el Novato del Año) llegó al juego 32 de los Medias Blancas con 33 remolques, uno menos que esta vez.
Solo que en los últimos 51 encuentros de la ronda regular apenas fabricó 24 anotaciones. En esa temporada no solo ganó el mencionado galardón, sino que fue al Juego de Estrellas, ganó su primer Bate de Plata y quedó cuarto en la votación al Jugador Más Valioso del joven circuito.
Evolución
El nacido en Cienfuegos no solo se destaca en producidas. En estas alturas de la campaña también logró sus máximos números en hits (35), biangulares (9), bases por bolas (14) y su segundo mayor OPS (.888).
Si se habla de los dobles, Abreu estaría en camino de terminar el torneo con 47. Esa cifra superaría los 43 que disparó en 2017 y los 45 de Zoilo Versalles en 1965, la segunda cantidad más alta en una temporada para un cubano, solo por debajo de los 49 que dio Rafael Palmeiro en 1991.
El slugger también rompería su máximo registro en boletos, pues finalizaría con 73, según los cálculos. Ese guarismo haría añicos los 51 que totalizó en su año de estreno, lo que probablemente lo ayude a terminar con un altísimo promedio de embasado.
¿Qué buscaría?
Abreu saltaría a la agencia libre (si es que los patiblancos no le renuevan el contrato antes) con casi 33 años, una edad a la que los clubes empiezan a mostrarse celosos con la idea de firmar acuerdos multianuales.
Pero con el historial que tiene el antillano, cargado de constancia y producción en un equipo que se mantuvo siempre prácticamente en el sótano de su división, sin competir por nada, es probable que salga beneficiado en la búsqueda de un nuevo conjunto.
“Pito”, a juzgar por cómo se ha movido el mercado en los últimos años, podría conseguir un pacto por tres temporadas y unos 55-70 millones de dólares, con opción a un año más. Pero, por supuesto, su ofensiva de aquí hasta el final de zafra es la que dictará qué tanto podría recibir el inicialista.