Por Andy Lans
Ya son casi diez años desde aquel último título de Industriales en la campaña 2009-10 frente a Villa Clara. Mucho ha variado la plantilla desde aquel entonces; miembros de aquel equipo como Carlos Tabares, Alexander Malleta y Rudy Reyes ya colgaron las zapatillas, otros como Odrisamer Despaigne y Jokel Gil abandonaron el país y algunos como Frank C. Morejón, Stayler Hernández y Yohandry Urgellés se mantienen activos. Un caso particular resulta el de Lisbán Correa, que después de desertar, regresó esta temporada por todo lo alto pero fue sancionado tras un lamentable incidente en un duelo contra Holguín.
Los Leones de la capital atraviesan desde hace varios años un proceso de renovación de la plantilla. La desaparición de Metropolitanos ha complicado enormemente dicha metamorfosis. La cantidad de jugadores capitalinos que se marchan, tanto al extranjero como a otras provincias para hacerse de un espacio, convierte a los Leones en el conjunto de más éxodo en la pelota cubana. En mi opinión, creo necesario el arribo de jugadores jóvenes en las filas azules para que desde sus inicios vayan adaptándose a la franela más laureada de Cuba, y de paso, no les caiga encima una presión adicional cuando, llegados de otras provincias, asuman el reto.
No obstante, las vueltas que da la vida, y en este caso, la estructura de la Serie Nacional, permiten algunos reencuentros.
En su tercera Serie uno de aquellos habaneros dispersos en el país ha recalado en los Industriales al ser pedido como refuerzo. Se trata de Alberto Calderón.
Oriundo de Boyeros, Calderón no incursionó en las EIDE, salió directamente de la calle a los 11 años de edad. Jugó dos torneos sub 23 con La Habana. En 2017 debutó en la categoría absoluta con los Piratas de la Isla de la Juventud.
Esta temporada desbordaron sus capacidades. Un average de 392 en 148 turnos oficiales así lo avala. Su OBP (458) y cantidad de carreras producidas (50) le convierten en una pieza clave del line up.
Normalmente se desempeña como hombre proa. Con los Piratas actuaba frecuentemente en los jardines, pero con su actual equipo el zurdo ha defendido a cabalidad la primera almohadilla. No por gustó representó a Occidentales en el pasado Juego de Estrellas.
Alberto Calderón logra que un buen porcentaje de las pelotas con las que hace contacto caigan de hit, así lo demuestra su BABIP de 421.
“Llevo tres años en la Serie Nacional con bateo por encima de 300. En esta ando mejor todavía. Ya desde enero me preparaba en La Isla sobretodo en cuanto al físico, de ahí los resultados.” Así define el muchacho de 27 años la escencia de su rendimiento.
Escuchar su nombre, pronunciado por Anglada, en la Gala de los Refuerzos fue algo que le satisfizo en gran medida.
“No es un secreto que la camiseta de Industriales pesa mucho. Sin embargo me he sentido cómodo aquí. Este ha sido mi sueño desde la niñez.”
Un mayor mérito se le podría achacar a Calderón, junto con los demás beisbolistas pineros, si tenemos en cuenta las largas horas de viaje que han de completar en catamarán y carretera que ameritan “el doble de preparación”.
Esta campaña, mientras La Isla se dirigía al estadio Mártires de Barbados en Granma, recorrieron más de 20 horas de viaje sin incluir el trayecto en barco. Al llegar a las 5:00 am, solicitaron a la Comisión Nacional pactar un doble compromiso para la jornada siguiente, pero debieron conformarse con jugar el día de la llegada a las 3:00 pm.
Quizás para la temporada que viene, el nuevo dorsal 25 de Industriales no tenga que desgastarse con tanta frecuencia en estas rutinas debido a las alentadores palabras de Anglada: “Tiene disciplina en el cajón de bateo y corre bien las bases, por eso nos fijamos en él. Nos resuelve el problema del primer bate. El año que viene, si lo desea, esté quien esté en mi puesto, podrá estar con nosotros.”