Por Alejandro Rodríguez
El pasado día 2 de abril, el estelar jardinero santiaguero y de equipos Cuba, Alexeis Bell (“Tato”), fue el invitado especial de “El Show de Swing Completo
Durante casi cuatro horas, el equipo del programa conversó con el carismático y popular jugador, quien contó muchas historias interesantes, para el beneplácito de los amantes del beisbol cubano. Un de ellas fue la relacionada con su difícil inicio en el equipo de Santiago de Cuba y los primeros roces con Higinio Vélez, entonces director del conjunto indómito
“Cuando pequeño, como en cuarto grado, yo tenía un pullover blanco al que le puse el número 6, porque yo era muy fanático a (Antonio) Pacheco. Desde entonces, yo soñaba con hacer el equipo Santiago. Lo único que yo hice en mi vida fue jugar pelota y ese fue mi primer objetivo”, dijo Alexeis.
Sin embargo, no todo fue “coser y cantar” para él en sus comienzos. “Cuando yo llego al entrenamiento (del equipo de Santiago, por primera vez) estaba la aplanadora “vieja”. Allí en vez de faltar lo que sobraba era gente, ahí no faltaba nadie más. Con tres campeonatos seguidos ganados, no faltaba nadie en ese equipo.”
“Recuerdo que la mayoría de los muchachos que hacían equipo Cuba en los juveniles, conformaban los de su provincia a la Serie Nacional. Yo di muchos jonrones en los juveniles, era un pelotero de fuerza, aunque en ese entonces cambió el bate de aluminio por el de madera. Me preparé mucho en la academia y como tenía buenas piernas, practicaba mucho el toque de bola, para cuando comenzaran los juegos de entrenamiento, tener buen tacto, pegarle bien a la bola y tratar de hacer equipo”, explicó Bell.
“En la preselección, recuerdo que di dos jits el mismo día que se iba a hacer el equipo. Al parecer la última impresión fue lo que quedó, pues me escogieron para el equipo Santiago. Higinio Vélez era el director en ese momento.”
“Empecé ese año contra industriales en Santiago de Cuba. Por cierto, ahí estaba Kendrys (Morales) que lo pusieron a jugar en el right field el primer día. Yo me acuerdo bien de todo eso. Ahí ganamos y fuimos para Villa Clara. Yo era como el sexto jardinero del equipo, Higinio no me ponía a jugar regular ni aunque se lesionara alguien, lo mío era de jugador de cambio, nada más”
“Sin embargo, en Villa Clara, me pusieron de regular y noveno bate. En mi primer turno, fallé en fly al right field, pero en el segundo, vine con las bases llenas, perdiendo 5-0 y di tubey. Cuando llegué a segunda, (Eduardo) Paret le pregunta a (Yuniesky) “Rikimbili” (Betancourt): “¿Y este quién es?”. “Rikimbili” le respondió que me conocía de los juveniles y que yo bateaba cantidad.”
“Cuando regresé al dogout, el primero y único que me saludó fue Norge Luis Vera. Así empezó el primer año mío con Higinio. Al principio estuve bien, pero luego ocurrió un problemita.”
“En los entrenamientos del equipo, mientras caminábamos del estadio Guillermón Moncada al terreno número dos de la Ciudad Deportiva de Santiago, Higinio me vio conversando con una muchacha, la actual esposa mía y madre de mi hijo, que fue a verme con un recado de mi familia. Habíamos perdido como cinco juegos seguidos y al parecer Higinio estaba molesto. Me saco del equipo y me envió para la reserva. Yo solo tenía 18 años en ese momento”
Bell hizo una pausa en el relato para dedicarle unas palabras, precisamente, a su esposa Yanet, quien ha sido su compañera de vida por varios años:
“Muchos de nosotros, los peloteros, hemos adquirido cierta fama, pero tenemos que mantener los pies en la tierra. La persona que se porta bien con uno siempre hay que mantenerla a tu lado, o sea, en la vida hay que agradecer a la persona que siempre va contigo. Y yo le agradezco mucho a esa persona porque me ha ayudado en muchos momentos en un momento, porque todo no es felicidad en la vida”
“Higinio me mando a buscar a mi mamá y mi papá como si estuviéramos en la primaria”, continuó la historia Bell. “Yo creo que Higinio quería dar un escarmiento público por las cinco derrotas seguidas que llevaba el equipo y como yo era el único novato, la cogió conmigo. Había otros peloteros conversando con algunas personas, pero ellos eran veteranos, yo no lo podía hacer. Creo que eso fue excesivo. Yo no estaba haciendo nada del otro mundo ni era una indisciplina grave, pero él decidió utilizarme a mí para escarmentar al equipo entero”
Alexeis hizo otra historia lamentable ocurrida con Higinio en sus primeros días con el equipo de Santiago:
“Recuerdo que íbamos saliendo para Guantánamo y estaba ya todo el equipo en la guagua. De momento, el chofer se detuvo en la primera esquina, casi junto al estadio Guillermón Moncada. Higinio mando a (Pedro Pablo) Pileta (cargabates del equipo de Santiago por muchos años) a pedirme que me bajara de la guagua, porque (Antonio) Pacheco había decidido que sí iba a jugar esa subserie y debíamos sacar a uno del equipo a la reserva. Y de nuevo me tocó a mí”
“Normalmente, esas cosas se anuncian un día antes de salir el equipo a provincia, pero a mí me lo dijeron ya subido a la guagua”, explicó el pelotero. “Yo agarre el maletín mío muy molesto, casi llorando. Imagínense ustedes, mi primera serie nacional, los primeros días con el equipo de Santiago y me habían pasado todas esas cosas con el director Higinio.”
Bell recordó el momento posterior al suceso, entre risas: “Esa fue la primera vez que me aparecí en casa de Yanet. Ella siempre me había dicho que no llegará nunca a su casa cuando la familia estaba comiendo. Yo no me acordé de eso y fui para su casa. Me abrió la puerta su papá y ya se imaginarán el resto. “¿Y este quién es?, dijo el hombre”. Pero bueno, creo que ahí empezó realmente nuestra relación y llevamos muchos años juntos”
“En esa serie, la del 2001, llegamos a los playoffs y perdimos con Víctor Mesa, su primer año como director de Villa Clara”, concluyó Bell. Por cierto, con Víctor, hay otras historias interesantes vividas por Alexeis, pero eso será tema para otros trabajos.