Por Yasel Porto
No hay dudas que el lanzador Aníbal Sánchez es por mucho la figura más mediática de la selección venezolana que enfrenta hoy a Cuba en el estreno de ambos dentro del preolímpico de las Américas, certamen en el que participan otras seis selecciones y que entrega una plaza directa para la cita estival de Tokio 2020.
El natural de Maracay, titular con los Nacionales de Washington en la Serie Mundial de 2019, será el encargado de iniciar el primer juego de su equipo donde además del componente colectivo también hay factores importantes en lo individual que podrían hacer más dura la misión para los bateadores cubanos.
En un diálogo informal a través de Whatsapp con el derecho de 37 años cortesía de uno de los miembros de la selección cubana, manifestó sentirse totalmente preparado para el partido de este lunes.
“Vengo haciendo un trabajo duro desde hace semanas, incluso antes que me incluyeran en el equipo para este torneo. Desde que quedé de agente libre he buscado la manera de volver a las Grandes Ligas y sé que esta es una gran oportunidad de demostrar que estoy en forma para lanzar un tiempo más en ese béisbol”, comentó inicialmente Aníbal.
“Esa es una de las razones por la que voy a lanzarle a Cuba como si estuviera en la Serie Mundial con Detroit o Washington, porque sé que hay muchos equipos de Grandes Ligas que van a estar pendientes en cada lanzamiento mío. Pero no puedo hablar de mí solamente, pues también tengo que decir que tengo un compromiso con mi equipo de contribuir con él a clasificar a los Juegos Olímpicos donde Venezuela nunca ha estado. Y también está el hecho que Cuba es muy buen equipo, con peloteros de mucha calidad y que varios de ellos son buenos amigos míos. Es un honor poder abrir este juego contra ellos y más con la importancia que tiene para los dos equipos”, dijo.
Sánchez se abstuvo a dar detalles de la situación disciplinaria de la que fue centro hace par de días después de ser multado por salir del hotel, algo que está fuera del protocolo sanitario implantado por los organizadores de esta competencia.
“Son cosas que pasan y nada, ahora lo que hay es que enfocarse en el juego contra Cuba y en lo que tenga que hacer en lo adelante con Venezuela y si tengo la dicha de volver a ser firmado”, concluyó el as de la rotación morocha, quien mandó un saludo a los fanáticos cubanos para concluir el intercambio a distancia desde el Hilton Garden de West Palm Beach, sitio donde se hospedan Cuba y Venezuela.
Aníbal lanzó por última vez en Grandes Ligas el pasado año siendo una de sus peores temporadas. Su balance fue de 4-5 con un PCL de 6.62 y un WHIP también muy elevado (1.66). De por vida tiene marca de 112-113 y efectividad de 4.05, y aunque en 2019 tocó la gloria con el título en la Serie Mundial después de ser protagonista con los Nacionales, anteriormente tuvo campañas con mucha mayor trascendencia individual.
En 2013, por ejemplo, fue líder en PCL de toda la Liga Americana (2.57), y lo mismo sucedió con el FID (2.39), más registro de 14-8. En sus inicios con los Marlins se apuntó un juego de cero hit cero carreras, y antes de ganar con los capitalinos el clásico de otoño de 2019 ya había lanzado en esa instancia con los Tigres de Detroit de 2012. Sus números en post-temporada no son estelares ciertamente, pues acumula marca de 3-6 y 0-2 específicamente en Series Mundiales. También ha sido parte de Venezuela en los Clásicos Mundiales.
Si bien no se puede hablar de una figura estelar dentro del llamado “big show”, su experiencia de 15 temporadas más su aval en comparación con el resto de los integrantes de su selección le dan a Aníbal un estatus mediático y cualitativo importante dentro de esta competencia.
Solo el partido dirá si los meses sin juego activo y el peso de los años pesa más o no que su historial y la forma física real que tenga para enfrentarse a los cubanos, que según las palabras de Armando Ferrer tienen el conocimiento suficiente para lograr un buen resultado frente a él.