Aroldis Chapman y la élite de los cerradores: ¿Dónde se ubica entre los mejores de la historia?

Aroldis Chapman no es un cerrador cualquiera. Desde que debutó en Grandes Ligas en 2010 con Cincinnati Reds, el cubano ha construido una trayectoria marcada por la potencia, el espectáculo y los números que lo mantienen en la conversación de los relevistas más dominantes que ha visto el béisbol. Sin embargo, la pregunta que muchos se hacen después de esto es inevitable: ¿Está Chapman en la misma mesa que los grandes históricos?

Chapman llegó a MLB con una herramienta que lo puso inmediatamente en las portadas de todos los medios; una recta que superaba día a día las 100 mph.

Esa velocidad, combinada con un slider invisible y, más recientemente, un splitter para variar el repertorio, lo convirtieron en un lanzador capaz de intimidar a sus rivales antes incluso de hacer el primer lanzamiento.

En casi 16 temporadas, Aroldis Chapman acumula más de 1.300 ponches, una tasa de K/9 de 12.8 y un promedio de hits permitidos 4.1 por cada nueve entradas. Su efectividad de carrera se mantiene alrededor de 2.50, números que lo sitúan en un grupo reducido de relevistas con dominio amplio a lo largo de más de una década y ya casi dos sí la salud y el mercado se lo permiten.

Comparativa de Aroldis Chapman con los nombres más grandes

Si hablamos de élite, los parámetros siempre terminan conduciendo a Mariano Rivera, Trevor Hoffman, Dennis Eckersley, Billy Wagner o incluso Francisco Rodríguez y Craig Kimbrel en la era reciente. Chapman no alcanza los 600 o 500 salvamentos de Rivera y Hoffman, pero su caso es distinto, ya que gran parte de su carrera se ha dividido entre roles de cerrador y preparador.

En promedio de ponches por nueve innings (14.6), Chapman supera a todos los grandes históricos. Billy Wagner, uno de los referentes zurdos, cerró su carrera con un ERA+ de 187 y 11.9 ponches por nueve entradas. Chapman, aún activo, mantiene un ritmo superior en ponches y similar en efectividad, lo que lo pone en la discusión directa como uno de los zurdos más letales en la historia del relevo.

¿Dónde está su lugar entre todas estas leyendas?

Si el criterio es el volumen puro de salvamentos, Chapman se ubica un escalón por debajo de Rivera o Hoffman, eso es más que claro. Sin embargo, si el debate se centra en dominio por entrada lanzada, capacidad de ponche y longevidad en la élite, el holguinero merece figurar en el top 5 de los relevistas más intimidantes y certeros de todos los tiempos sin dudarlo al menos un segundo.

El legado de Aroldis no solo se mide en estadísticas, sería ser injusto, sino en cómo redefinió la imagen del cerrador zurdo moderno, siendo un lanzador que combina velocidad récord, repertorio expansivo y una presencia intimidante sobre el montículo. Y aunque su carrera aún no termina, Aroldis Chapman ya tiene asegurado un lugar en la memoria del béisbol como uno de los brazos más temidos que haya subido al box, aunque muchos también se preguntarán: ¿Le alcanzará para llegar al Salón de la Fama?