La jornada del 28 de septiembre quedó grabada en la memoria de los aficionados al béisbol, Aroldis Chapman demostró por qué es considerado uno de los relevistas más temidos de las Grandes Ligas. En un emocionante encuentro en el Yankee Stadium, el cubano se enfrentó a Aaron Judge en un momento crítico: bases llenas, un out y la posibilidad de empatar para New York Yankees.
La tensión era palpable, y el resultado, un ponche a 101 MPH que dejó a todos boquiabiertos. Este tipo de actuaciones son las que encienden la chispa en el mejor beisbol del mundo y marcan la diferencia en la recta final de la temporada.
El contexto del juego era electrizante. Yankees, ya clasificados a los playoffs, buscaban desquitarse del juego anterior que ganó Pittsburgh Pirates viniendo de atrás en la pizarra. Por otro lado, Aroldis Chapman con la misión de apagar toda posibilidad de los neoyorquinos y salvar el encuentro.
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Se jugaba la parte baja del noveno episodio y el cubano entró en sustitución de Jalen Beeks, quien permitió sencillos consecutivos de Oswaldo Cabrera y Jon Berti, y a pesar de que ponchó a Jasson Domínguez, otorgó base por bolas a Juan Soto, por ello, el mandamás de Pirates puso en la lomita a su mejor relevista.
Aroldis Chapman APAGÓ a Yankees en el 9no
Chapman abrió con par de pitcheos malos, una recta y un slider colocándose debajo en la cuenta. Luego, lanzó una recta por todo el medio para el primer strike del turno. Acto seguido, volvió con bola, pero al siguiente Judge conectó foul y llevó la cuenta al máximo (3-2).
El sexto lanzamiento, un sinker a 101 millas por hora en la esquina de afuera el slugger yankee hizo swing y no pudo conectar la bola y se adjudicó su quinto ponche del juego y uno a la cuenta de Aroldis Chapman, el cual llegó a 98 en lo que va de campaña.
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Después, dominó sin muchas complicaciones a Austin Wells con fly al jardín izquierdo y así obtuvo su salvado 14 del año, sellando el segundo triunfo consecutivo de Pittsburgh sobre New York en su propia casa con pizarra de 9×4.
Sin lugar a dudas, una muestra de la grandiosa habilidad que posee el antillano aun con 36 años de edad. Luego de ese cierre, dejó su promedio en 3.79 con cinco ganados y cinco perdidos en 68 juegos en donde ha lanzado un total de 61.2 innings con un WHIP de 1.35.
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