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La fecha del 18 de abril trajo consigo una noticia importante que tuvo como eje central al beisbol cubano y a quienes ocupan su alta directiva, pues se ratificó de manera oficial que Juan Reinaldo Pérez Pardo continuará al frente de la disciplina en la isla, a pesar de las innumerables críticas que recibió en el pasado. De esta manera, se invisibilizó una vez más el clamor popular, pues la gran mayoría de los aficionados del deporte de las bolas y los strikes en el archipiélago exigieron la dimisión del mandatario, atendiendo a los graves errores que cometió en su labor.
Los tropiezos de Pérez Pardo en el pasatiempo nacional fueron múltiples y abarcaron diversos objetivos, como una clara señal que el caos emergió como norma. El listado de sus deficiencias es enorme, pero haremos referencia a las más graves, pues estas hirieron profundamente la estabilidad del beisbol cubano.
Trajes y pelotas: una parte del desastre
En el recuerdo de todos permanecen las declaraciones que ofreció el funcionario jornadas antes de la primera edición de la Liga Élite, en las cuales expuso en el programa televisivo Mesa Redonda que las condiciones para esta competición estaban garantizadas. Sin embargo, no hubo nada más lejos de la realidad y quedó demostrado que mintió flagrantemente, cuando la lid se retrasó en su fecha de inicio debido a que los trajes de los protagonistas demoraron en llegar a Cuba, debido a un error burocrático en la negociación.
Otro hecho que abarcó la parte material se vivió con el episodio de las pelotas Teammate, cuando los responsables de guiar al beisbol cubano realizaron un desafortunado pacto con dicha empresa, debido a que estos implementos resultaron de bajísima calidad y el bote de estas era extremadamente bajo. Además, las esféricas se destrozaron con apenas unos cuantos impactos.
El bienestar de los dirigidos por Juan Reinaldo Pérez Pardo estuvo una y otra vez en el centro del debate y el tema referente al aumento de salario de atletas y entrenadores permaneció entre lo más mediático. Esta situación no mejoró y quedó en constantes promesas vacías, que no atendieron las peticiones de los verdaderos protagonistas. Para colmo de males, el Presidente de la Federación Cubana se alió con la mentira una vez más en los instantes previos a la III Liga Élite, cuando expresó que en dicho campeonato se haría efectiva la nueva escala de pagos. No obstante, tal acción jamás ocurrió.
Profunda crisis en el beisbol cubano
Los horrendos resultados del deporte en la arena internacional resaltaron a simple vista, los que fueron una consecuencia de los manejos autoritarios del directivo, quien favoreció a algunos peloteros y sentenció a otros al olvido, con la tradicional política de convocatorias extremadamente polémicas, pues estuvieron marcadas por condiciones impuestas a los que recibieron el llamado.
El proceso de marginación con atletas del exterior continuó el camino que se ubicó como norma a través de los años, pero Juan Reinaldo Pérez Pardo agrandó aún más las diferencias. El caso particular del habanero Yasmany Tomás relució en este acápite, después que la Federación Cubana lo marginó completamente de la posibilidad de integrar las filas del equipo nacional, a pesar de sus descollantes actuaciones en los eventos profesionales en tierras mexicanas.
Caso Frederich Cepeda
Frederich Cepeda fue otro de los afectados directamente, ya que el espirituano no estuvo entre los candidatos a ocupar una plaza en los diferentes equipos Cuba que se conformaron en este período, a pesar de sus estadísticas destacadas. No hubo explicación para el veterano. Al parecer dejó de interesar a las altas esferas del beisbol cubano y esto lo apartó por completo de las selecciones de la isla.
Sería un pecado no hacer referencia en esta nota a las dificultades que se multiplicaron en cada liza que se llevó a cabo en el país. Equipos varados por falta de combustible, pobre alimentación y condiciones de vida pésimas son algunas de las vivencias que lastraron el correcto desarrollo de estos eventos. La solución pareció ser un cambio total en el guion y en la cabeza principal del beisbol cubano. No obstante, ocurrió lo contrario y Juan Reinaldo Pérez Pardo continuará en su posición de privilegio, a pesar de su baja aceptación por el público de la Mayor de las Antillas.