Béisbol cubano en Barranquilla: A los días…Crónica de un final esperado

Por Alexander García Milián  ¿Plata o Bronce?, nadie pensó esperar eso del equipo Cuba que fue a Colombia para tomar parte en el torneo beisbolero de los Juegos Centroamericanos. Lo más veraces de los pronósticos hablaban de un evento difícil, pero accesible para los criollos; de una competencia dura, con rivales de mayor nivel pero […]

Por Alexander García Milián 
¿Plata o Bronce?, nadie pensó esperar eso del equipo Cuba que fue a Colombia para tomar parte en el torneo beisbolero de los Juegos Centroamericanos. Lo más veraces de los pronósticos hablaban de un evento difícil, pero accesible para los criollos; de una competencia dura, con rivales de mayor nivel pero sobre el oro, toda duda quedaba disipada.




Ya al paso de una semana, nadie habla, la prensa deportiva le da unos retoques someros al asunto; igual que siempre, hay que revisar, hay que analizar,… ¿ Qué?- me pregunto; cuando todo es evidente y no veo peor señal respecto al tema que el caer en la interrogante de que hacer para mejorar…
En artículos anteriores, algunos antes de iniciados los juegos, comentaba que tal vez, por primera ocasión, analistas- no los fanáticos empedernidos de Cuba- (ESPN, Baseball América), por citar a algunos de los grandes medios especializados; de igual manera me refiero a los de periódicos colombianos, mexicanos y puertorriqueños – todos le daban a Puerto Rico, República Dominicana incluso a Colombia, las posibilidades de podio, por encima de la selección antillana.
Ya la realidad, es conocida de sobra por entendidos en la materia, dentro y fuera de nuestro ámbito; Cuba, los peloteros que están en Cuba, no son los del nivel exorbitante de diez, quince años atrás; esos que llegaban y ganaban todo; desde la entrada del profesionalismo al panorama de la FIBA, allá por 1998, desde entonces “la caña se pone a tres trozos” para la pelota cubana.



Retomando el tema de Barranquilla; la plata obtenida al vencer a Colombia, es el más decente de los consuelos para unos jugadores que llevan casi un año sin descanso- sin adaptación a ello-. Y cuando todas las entrevistas buscan los criterios de Carlos Martí, Leonardo Goire y compañía; el mérito mayor es para ellos, por el sacrificio, por todos los sacrificios, desde el entrenamiento extenuante- en este caso, el sobreentrenamiento, (Serie Especial, Tope Nicaragua, Tope Colombia- Venezuela, Tope vs Estados Unidos), hasta la separación de la familia por períodos prolongados y la insuficiente remuneración por su trabajo.
Las cuestiones de el béisbol, se van por encima de obtener una plata, un bronce, hasta en ganar el oro. Pues en verdad, esas selecciones que compiten en los Juegos, no cuentan- pese a la calidad de sus peloteros- con un patrón que denote un nivel equiparable al de nuestra selección; los centroamericanos, al igual que la Serie del Caribe; quedan relegados con total certeza a planos secundarios cuando nombramos por ejemplo, Premier 12 o Clásico Mundial, ¡ahí es donde esta el nivel!; ¡Así es como se puede embadurnar cuartillas con epítetos triunfalistas y orgullo de profesionalismo!.
Estimados lectores, una vez más, la “harina es de otra costal” y la parsimonia al hablar se queda corta ante las sutilezas de narradores y comentaristas, que al igual que directivos, hacen ver al pueblo que con clasificar a los Panamericanos, se cumplió;- ahora, hay que aguantar que esa era la meta… Burda infamia, la de estos personajes que ya por lo peyorativo del contexto no mencionaré, pues los he nombrado en otros trabajos y sus nombres resultan bastante conocidos para la afición.



Las lecciones que deja Barranquilla, desde mi humilde opinión, pudieran quedar así; el entrenamiento debe ser bien planificado, dosificar las cargas acorde a las características de nuestra serie, así como a la dinámica a la que se someten los jugadores que toman parte en otras ligas; si bien se bateo ante Nicaragua y Dominicana, no es menos cierto que en esos juegos enfrentamos el peor pitcheo de esos conjuntos; la producción en el resto de los partidos aseveran lo aquí planteado.
Otra vez, acoplar nuestras series nacionales, bajo el nombre que se desee, en el formato que se pretenda al programa del béisbol internacional; ejemplo torneo corto directo de ocho equipos- los cocho mejores de la campaña anterior si se desea empezar así, todos contra todos a nueve partidos, sumarían un total de 63 juegos; aquí se eliminan 2 equipos, quedan 6 y se juega de igual modo, el mismo sistema de round robin, a seis juegos; total , 30 juegos más ; entonces 4 primeros a play off de 7- 4; la calidad quedaría más concentrada, se jugarían más juegos a un nivel superior.
La otra gran lección, va hacia la profesionalización de nuestro torneo; la Serie Cubana; con seis equipos jugando y sus respectivas sucursales, donde bajan y suben jugadores. Se buscarían patrocinadores para esos equipos,- siempre la federación como centro de todo- esas personas invertirían en los elencos, se insertarían peloteros foráneos como en otras ligas, al igual que antes de 1959.



También se podría explotar contenidos publicitarios, derechos de televisión,- ¿Quién no querría trasmitir la serie cubana?, todo un salto cualitativo y cuantitativo. Además se alcanzaría el requisito de profesional, exigido por la MLB y nuestros peloteros estarían bien cerca de dar el tan anhelado salto hacia las Grandes Ligas. En fin, la cosa va por aquí, en próximos trabajos ahondaré más en el tema, hasta ahora a está opción, no le veo limitantes ni cosas malas.
Ya los juegos concluyeron, el béisbol termino con el triunfo ante Colombia; las aguas parecen retomar a su nivel pero; un segundo lugar en Barranquilla, consuela a algunos, a otros no; la sensación es amarga como al inicio, como antes de la competencia; la respuesta a la problemática no pasa por engaños ni medias verdades como siempre, hay que ir de frente al fenómeno, “tomar al toro” por los cuernos y dar pasos concretos en pos de mejorar; la calidad está, lo que queda es acción, cero palabras sin sentido.
El 9 de agosto comienza la 58 Serie Nacional; la pelota volverá a ser centro, la polémica estará aquí, sola vendrá porque de eso vivimos, esperemos entonces y que el “máximo show deportivo” de la Isla encienda de una vez y por todas los motores del ansiado viaje al futuro.



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