El boxeo femenino en Cuba vive sus primeros años de práctica, después de estar prohibido durante años por la máxima directiva del deporte en la isla. Sin embargo, la atleta Legnis Calá, plasmó su nombre recientemente en la historia de esta disciplina, al lograr un acontecimiento inédito.
Los Juegos Panamericanos que se desarrollan en la ciudad de Santiago de Chile fueron el escenario del hecho que despertó la alegría en los parciales del pugilismo cubano.
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La jornada competitiva del lunes 23 de octubre en la cita continental trajo la buena nueva. Legnis Calá, oriunda de La Habana, subió al ring en la división de los 57 kilogramos frente a la mexicana Jennifer Carrillo. Por lo tanto, era momento de intentar dejar una huella inolvidable.
Un cerrado cotejo tuvo lugar en el Centro de Entrenamiento Olímpico. La victoria le sonrió a la cubana con votación de 4-1 (30-27, 30-27, 28-29, 30-27, 30-27) para firmar la primera decisión positiva de una fémina del archipiélago en este tipo de juegos multideportivos.
Después de tantos tropiezos al fin la joven disfrutó de un importante éxito.
Legnis Calá y su progresión
Legnis Calá posee un ascendente historial de resultados. La peleadora logró la medalla de bronce en los V Juegos del Alba y el metal plateado en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador.
Pero, los comienzos en la actividad física de Calá fue en otra disciplina muy diferente a los golpes y esquivas.
El inicio en el mundo deportivo de la caribeña sobrevino en el Atletismo, en los eventos de salto de longitud y triple salto. La oficialización en Cuba del boxeo para mujeres significó para la capitalina un nuevo desafío que ella no tardó en asumir.
Legnis Calá puso su granito de arena en el movimiento cubano de la Mayor de las Antillas y desde este 23 de octubre porta el privilegio de ser la primera mujer cubana en obtener un triunfo en las instancias de los Juegos Panamericanos.
Pienso que en unos años e invirtiendo para que las muchachas peleen en varios circuitos internacionales, tendremos grandes pugilistas, yo conozco varias morenas de acá de Santiago de Cuba que sin entrenar se comen el mundo en las colas de la bodega