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Una de las noticias deportivas de más relieve en la jornada del 17 de marzo impactó de manera directa al boxeo cubano, debido a las consecuencias tan enormes que tendrá en esta disciplina en la Mayor de las Antillas. El Comité Olímpico Internacional (COI) informó que el pugilismo formará parte del programa de los Juegos Olímpicos Los Angeles 2028, después de una serie de problemáticas que pusieron en dudas esta posibilidad. Sin embargo, la entidad que tendrá a cargo este proceso será World Boxing, a la cual Cuba no pertenece hasta el momento, por lo que la isla debe realizar un cambio radical si pretende estar en la cita cuatrienal.
No obstante, el asunto es más complejo y enrevesado de lo que parece a primera vista. El boxeo cubano tiene fuertes y profundos lazos con la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), organización en la cual irrumpieron en carteleras profesionales y los atletas caribeños lograron ganancias económicas que eran impensables años atrás. El caso más notorio es el del campeón olímpico Erislandy Álvarez, quien está enfrascado en las instancias finales de la Copa Mundial IBA. Por lo tanto, una ruptura se antoja como un caos para ambas partes.
El boxeo cubano ante una decisión histórica
IBA está desterrada por completo del olimpismo, debido a las múltiples polémicas que atravesaron. Atendiendo a esa circunstancia, el propio Comité Olímpico Internacional fue quien organizó las competiciones de boxeo que se efectuaron en las justas de Tokio 2020 y París 2024. La liza de Los Angeles estaba en la cuerda floja, pero surgió World Boxing para liderar este proyecto y ya tiene en sus filas a más de 80 Federaciones Nacionales, por lo cual logró el voto de confianza del ente rector de las lides bajo los cinco aros.
Este panorama destruyó la estabilidad de la parte cubana, la que debe tomar una decisión muy importante en las próximas jornadas. Por un lado está la posibilidad de sumarse a World Boxing, y por el otro seguir perteneciendo a la Asociación Internacional de Boxeo. Empero, ambas opciones no pueden vivir al mismo tiempo.
La encrucijada es tremenda, pero si el boxeo cubano desea estar en los Juegos Olímpicos existe un único camino. No hay otro sendero que unirse a World Boxing y romper los nexos con IBA. Este escenario parece el más probable, pero el oficialismo del archipiélago mantuvo un sepulcral silencio hasta el momento de redactar esta nota.
Consecuencias y repercusión
Obviamente, la Asociación Internacional de Boxeo vería con muy malos ojos esta especie de «traición» y sería el final de un pacto que resultó provechoso para los dos bandos. La directiva del pugilismo en la isla obtuvo un porcentaje monetario nada despreciable de sus acuerdos con IBA, pero no participar en los Juegos Olímpicos es un costo que parece demasiado alto.
Nada está decidido y el misterio es la norma en este caso. ¿Cuál será la posición del boxeo cubano en medio de todo este revuelo? ¿Renunciarán a participar en una competición que a través de los años han considerado sagrada? Dudas y más dudas salen a flote, a la espera de una aclaración por parte de los implicados.
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