Por Darien Medina
Al receptor espirituano Yunior Ibarra se le acabó la pasada temporada beisbolera de manera rápida. No fue suficiente aval el haber sido integrante de las dos últimas selecciones nacionales (Juegos Panamericanos, Premier 12) para que algún director lo tuviera en cuenta durante la selección de refuerzos a la segunda fase de la campaña. Con la eliminación de su equipo en los primeros 45 desafíos del calendario, el béisbol terminaba para él.
«Nunca pensé que mi temporada fuera tan corta, el no pedirme de refuerzo influyó bastante porque el juego diario es el que da la progresión y el desarrollo de un atleta de béisbol», comento Ibarra en diálogo con SwingCompleto.
El máscara del Yayabo argumentó además que «Cuba está llena de buenos cátcher pero pensé que iba de refuerzo con algún equipo. Fue bastante difícil, aunque uno va creando conciencia de que hay que seguir trabajando, mantuve los entrenamientos aquí en Sancti Spíritus en la Academia aunque sin jugar».
En la pasada campaña tuvo participación en 922 innings para un promedio defensivo de 983 y de cogidos robando de 500 de 16 intentos capturó ocho y cometió tres pass ball.
Mientras a la ofensiva tuvo un average de 242, pegó cuatro dobles y par de cuadrangulares, empujó 14 carreras y anotó 16, su OPS fue de 656 y un slugging de 325.
Han sido siete temporadas donde los números evidencian que sus cualidades a la defensa sobresalen por encima de la ofensiva. Sobre este asunto nos comentó que «mi fuerte es la defensa y pienso que mi ofensiva es mi debilidad sobre eso que debo trabajar».
Ibarra debutó con apenas 18 años en la temporada 2013-2014. En esa oportunidad participó en 32 desafíos. Todavía recuerda con agrado lo importante que resultó esa campaña en su formación. «Me ayudó mucho porque logré un buen desempeño y gané en confianza en mí mismo ya que era novato, siempre lo comento en todas las entrevistas fue mucho trabajo, sacrificio, y dedicación poniendo en práctica todos los consejos que mucha ayuda me han dado».
Su primera experiencia vistiendo la camiseta del equipo grande fue durante los Juegos Panamericanos de Lima donde se pasó de grandes expectativas al fracaso, Ibarra descarta completamente la larga preparación como la causa de tal decepción.
«Fue una buena preparación con el apoyo de buenos especialistas y de alto nivel y bastantes partidos. No ganamos el juego contra Colombia que era el clave y contra Canadá no pudimos, nos hemos quedado detrás en el béisbol y no es por falta de calidad, porque si la hay, es la falta de oficio de nosotros y de motivación», aseguró.
Luego de ese evento las miradas se centraron en el Premier 12 cambiar la imagen de la última actuación era necesario, Resultó imposible pues cayeron eliminados en la primera fase, otra derrota en un juego clave.
«Los deseos y las ganas de ganar siempre están al máximo, el ánimo también estaba bien, pero no se pudo, los equipos eran más fuertes, con más oficio y nuevamente no le pudimos ganar a Canadá en un juego definitorio».
Las críticas sobre el pobre desempeño del conjunto no fueron las únicas que cayeron sobre el colectivo de dirección, la poca oportunidad a los jugadores de la banca, inexistentes cambios en la alineación a pesar de la dinámica perdedora del equipo fueron aspectos bien cuestionados.
Respecto a este particular Ibarra considera que «fue lo que decidió la dirección del equipo, si pienso que pudieron darle oportunidad a otros, aunque es difícil en tan pocos juegos hacer cambios, mi rol no lo sabía solo tenía en mente que si me daban la oportunidad la iba aprovechar al máximo, pero no fue así».
Los elementos necesarios para volver a convertir al equipo Cuba en un elenco competitivo los tiene claro: «Oficio, ganar el juego clave, saber reponerse de las derrotas y que haya una línea de trabajo que sea la misma y una escuela de talentos con todo los implementos necesarios para mejorar y estar al nivel que todos queremos».
Tras dos experiencias consecutivas con el equipo nacional su presencia en el conjunto que iría al Preolímpico de Arizona en Estados Unidos parecía segura. Como siempre sucede cuando se conforman los equipos nacionales a cualquier evento existió mucha polémica al respecto. Para Ibarra «que te dejen fuera de algún equipo es bien difícil y más si es el equipo nacional. Me golpeó mucho, pero no era la primera vez que era excluido así que decidí seguir trabajando duro».
A su consideración mostró cualidades para asegurar su permanencia en el equipo, «solo fui cuatro veces al bate no di hit pero estuve bien en la defensa y me sorprendió mi eliminación». Cuando transitaba en la categoría 15-16 ya había vivido una experiencia similar en la preselección nacional, finalmente llegaría al equipo Cuba en la categoría sub 18.
A pesar de lo difícil de este período en el béisbol, nada ha cambiado en cuantas aspiraciones y metas. Esas decisiones lejos de debilitarlo lo han hecho crecer por lo que asegura que «sigo preparándome el doble de bien y con más ganas y más deseos para volver hacer el grado con la ayuda de todos los entrenadores de aquí. Deseo crecer en lo personal y para ayudar al equipo sobreponiendo las acciones colectivas a las individuales, porque cuando se gana se abren puertas».
Mientras Ibarra mantiene su preparación para continuar abriendo puertas, en tiempos de pandemia agradece a Marta Zulueta,»Cachán», Harry Durán, Osmany Rodríguez, Bradislan Gonzalez, Maikel Alemán, Ibrahim Quintero, Orlando Ulloa, Daniel Zerguera que tanto aportaron en su formación y a la vez le deja un mensaje a todos los seguidores del béisbol en Cuba: «A cuidarse y quedarse en casa y cumplir todas las medidas higiénico-sanitarias, que ya vendrán tiempos mejores y a la afición beisbolera, paciencia, que volverá la pasión».