Desde niño, deslumbraba por la habilidad de sus manos. Tiraba pelotas contra la pared y las pivoteaba con asombrosa facilidad. En su natal Venezuela, jugadores retirados acudían a partidos de categoría infantil solo para verlo.
Ya adolescente, firmó con los Marineros de Seattle, y un 3 de abril de 1989 Omar Vizquel debutó en la mejor pelota del mundo ante los Atléticos de Oakland. Aunque en esa jornada no conectó hit en tres turnos, empezó a forjarse la leyenda de uno de los mejores campocortos de todos los tiempos.
Consolidación en MLB.
El nacido en Caracas permaneció en el Big Show durante 24 temporadas. Sus cinco primeras en Seattle, luego 11 con los Indios de Cleveland, tres en los Gigantes de San Francisco, una en los Rangers de Texas, dos con los Medias Blancas de Chicago y su última en los Toronto Blue Jays.
Omar Vizquel se paraba en el cajón de bateo tanto a la zurda como a la derecha, sin embargo sus mayores virtudes las mostraba a la defensiva. En toda su carrea, Omar exhibió un línea ofensiva de 272/336/352 en 12013 comparecencias al plato. Robó 404 bases (cinco veces entre los 10 mejores estafadores de la Liga) y lo interceptaron en 167 ocasiones, pegó 2877 imparables, de ellos 80 jonrones, anotó 1445 carreras e impulsó 951.
El elegido en tres ocasiones para el Juego de Estrellas cosechó sus mejores éxitos con el madero en la campaña de 1999. Aquel año se ubicó sexto de los bateadores (AVE: 333) y segundo en almohadillas robadas (42), disparó la mayor cantidad de hits de su vida (191) y produjo 178 anotaciones.
“Manos de seda” obtuvo 11 Guantes de Oro como torpedero, acápite en el que solo le supera el legendario Ozzie Smith. De esos Golden Gloves, Vizquel logró nueve de forma consecutiva entre 1993 y 2001, a los que sumó un par más en 2005 y 2006, con este último, se ratificó como el pelotero de más edad en conseguir este premio (39 años).
Entre todos los que han cubierto la posición 6, Omar Vizquel ostenta la mayor cifra de incogibles en MLB por detrás de Derek Jeter. El caraqueño, además, posee el promedio defensivo más alto entre todos los paradores en corto de la Gran Carpa que han disputado al menos mil partidos (985) y encabeza las dobles matanzas conseguidas (1735, generalmente con Roberto Alomar en la intermedia), así como la mayor cantidad de desafíos en la llave del cuadro (2709).
Días especiales…
Un 31 de agosto de 2004, los Indios de Cleveland visitaron el antiguo Yankee Stadium para chocar contra los Yankees de New York. El resultado arrojó un 22×0 a favor de los Indios.
Omar Vizquel castigó severamente a los Mulos del Bronx al irse de 7-6 con cuatro empujadas. La marca quedó registrada como la máxima cuota de indiscutibles pegados en un encuentro llevado a cabo en la histórica instalación neoyorkina.
Antes, en 1993, Vizquel vestía la franela de los Marineros de Seattle. Su compañero Chris Bosio estaba a punto de concretar un no hitter, cuando en la novena entrada, con par de outs, Ernie Riles saca un roling lento que Vizquel captura a mano limpia para sellar la hazaña de forma espectacular. “Preferí asegurar la pelota” fue lo confesado por el venezolano a ESPN años después. Y es que recoger la bola a mano desnuda constituía uno de los recursos por excelencia de Omar.
De fanático del Magallanes a ídolo del Caracas.
A temprana edad, Omar Vizquel visitaba con frecuencia la casa de una tía materna en Valencia, lo que le permitía asistir con regularidad al estadio del Navegantes de Magallanes, conjunto del cual se enamoró.
Sin embargo, a las 17 primaveras, Omar debutó en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) en el circuito de 1984-85, nada más y nada menos que con los Leones del Caracas, acérrimo rival del Magallanes.
Vizquel jugó para los Leones las 13 temporadas que brilló en la LVBP. El caraqueño bateó para 275 en su país producto de 383 estacazos en 1391 turnos. Participó en 144 partidos de postemporada y se coronó cuatro veces Campeón de Venezuela (1986-87,1987-88,1989-90 y 1994-95).
Hasta el sol tiene manchas…
Vizquel carga en su trayectoria con dos dolorosas derrotas en Series Mundiales, ambas al servicio de los Indios de Cleveland. La primera, en 1995 frente a los invencibles Bravos de Atalanta, y la segunda, en 1997 ante los recién creados Marlins de Florida.
Como mánager de Venezuela en el IV Clásico Mundial de 2017, Vizquel pasó a duras penas de la primera ronda y no pudo registrar victoria alguna en la siguiente fase a pesar del gran trabuco que presentó la “Vino Tinto”, dado por más de un especialista como candidato al título. “Manos de seda” ya dejó claro que no dirigirá a Venezuela para 2021.
¿Y el Salón de la Fama pa`cuándo?
El próximo año, si el coronavirus lo permite, Omar Vizquel optará por unirse a Luis Aparicio como el segundo venezolano en ingresar al Salón de la Fama en Cooperstown.
En 2018, su primer chace de elegibilidad, un 37% de los votos no alcanzó a Vizquel para su pase a la inmortalidad, tampoco el 42.8% de 2019 ni el 52.6% de 2020 fueron suficientes. Omar tuvo que conformarse con ver a figuras como Derek Jeter, Mariano Rivera, y Roy Halladay eternizarse antes que él.
No obstante, para la próxima votación Vizquel y Curt Schilling salen con etiqueta de favoritos ante figuras de menor peso como Torii Hunter, Aramis Ramírez, Shane Victorino y Grady Sizemore, entre otros.
¿Tendrá Vizquel que esperar seis años igual que Luis Aparicio?