Por Alexander García Milián
Es bruma, aire denso, niebla, polvo; veo que todo se esparce y asoman su cúspide los grandes edificios de Chicago; Tom Hank llegando allí a comienzos del 30, huye de la mafia, del mismo Al Capone, Ray Bradbury escribe Infierno, pasan dos rostros mustios, diez, cincuenta, veo a Orestes Miñoso, en casi 40 años… más, menos canas, pero es Miñoso.
Ya en Chicago, la maldición de las medias sucias es leyenda urbana, un cuento viejo, ya en 2005 se rompió; veo las caras nuevas, El Duque, Contreras; Miñoso aplaude desde la sala de su casa, luego casi llora desde las gradas.
Sale del banco un tipo enorme, grande, parece medio síndrome pero no, no lo es, es un tipo inmenso; José Dariel Abreu.
En Chicago, en los Medias Blancas lo cubano se vuelve marca de la casa; un sello perenne de gloria, entre el pasado y el presente la gente ve él béisbol desde una visión latina; Ozzie Guillén, Freddy García… Pero Cuba, Cuba es mucho con demasiado en la ciudad de los vientos.
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La noticia fue como un piñazo duro por la boca, impactante sí; Odrisamer Despaigne recibió contrato- puede seguir en la pelea- me digo y entonces pienso en la cara de hastío del habanero, en esa mirada que parece no querer nada pero que así, con desgano cambia la imagen y allí en el box, saca un out, dos, tres, doce… Odrisamer va a los Medias Blancas de Chicago, a las menores pero está en la organización.
Cuando llegó Alexey, Miñoso aplaudió, se ve contento mientras recuerdo las instantáneas de ese momento; Alexey Ramírez fue un bombazo, peleo por ser novato, por ser mvp, fue un ícono, nadie lo duda; de hecho antes de ir a San Diego, muchos hablan de que Jeter dijo que él debía ser el sustituto.
Entonces Alexey mira, sonríe; José Dariel Abreu también sonríe, los dos se miran, siguen sonriendo, están a sus anchas, van al juego de estrellas; Cuba, White Sox, un solo corazón… El Duque sale de relevo ante Boston en 2005, da el cero con bases llenas sin out, termina el juego, Chicago avanza…
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- Es un muchacho con talento, solo debe llegar y adaptarse a este nivel, mi apoyo lo tendrá siempre- dice José Abreu ante la contratación de Luis Robert Moirán por los Medias Blancas; sale la imagen de Miñoso otra vez y Cuba parece ser la dueña del béisbol.
Los criollos siguen haciendo historia, Luis Robert la saca una, dos, tres veces, batea cuanto quiere en las menores, todos creen que llegar al roster de 40 es cuestión de tiempo, puede ser en este 2019; Alexey, Abreu, Miñoso… es como una profecía.
Veo una bruma, una niebla intensa que cubre todo, Bradbury termina Infierno, Toma Hanks se burla de Al Capone, mire desde un auto, allá en los años 30 los altos edificios de Chicago, esos que se ven imponentes otra vez, ya entonces, la maldición de las Medias Sucias era un hecho… Se hace la luz, como una cortina que se descorre en medio de todo Yoan Moncada saca rápido los brazos y la bota por el right field.
Es 2019, es una nueva temporada de Grandes Ligas y en los Medias Blancas, Cuba sigue dejando su huella, Moncada, Abreu, Alonso; los tres en el equipo grande; Luis Robert tocando las puertas y Odrisamer pensando que si puede, quizás para julio o agosto, pudiera llegar arriba.
La historia una vez más nos sorprende y hace lo que quiere, lo de los cubanos en Chicago es una tradición que todos admiran… Puede incluso que en unos años, tres o cuatro, quizás para el 25, veinte años después de aquella Serie Mundial, puede que todo se repita y allí estén como figuras muchos de los que hoy son protagonistas.
Nos vemos a la vuelta.