CONFESIÓN: Pelotero asegura HIZO TRAMPA en la Serie Nacional

Por Swing Completo    Aunque era algo que muchos comentaron sin vacilación alguna, no existía una confirmación del protagonista de uno de los fraudes más peculiares y con cierta dosis de humor dentro de nuestra Serie Nacional.     Me refiero a las varias veces al bate que tuvo el jardinero Pablo Pérez García (Isla de la […]

Por Swing Completo

   Aunque era algo que muchos comentaron sin vacilación alguna, no existía una confirmación del protagonista de uno de los fraudes más peculiares y con cierta dosis de humor dentro de nuestra Serie Nacional. 

   Me refiero a las varias veces al bate que tuvo el jardinero Pablo Pérez García (Isla de la Juventud) haciéndose pasar por otro jugador, en este caso su hermano Pedro. Nadie fue capaz de darse cuenta en las ocasiones que ambos se cambiaron el uniforme para tratar de aprovechar la ofensiva superior del primero. 

   Fue precisamente Pablo quien reconoció ante este periodista aquel rumor popular, algo que ya a estas alturas no generará ningún cambio al ser un hecho acontecido durante la década del ochenta, y ya ni el mismo exjugador sabe con exactitud el total de turnos en los que bateó como Pedro, y mucho menos lo que hizo en cada uno de ellos. 

   «Es real que nosotros nos cambiamos varias veces las camisas. Cada vez que yo venía y conectaba de hit como si fuera mi hermano después le preguntaba en tono de jarana al manager Luis Zayas que si eso se me anotaba a mí o a mi hermano, y él me respondía que no me preocupara por eso que lo más importante era el resultado del equipo. Pero llegó un momento que la cantidad de hits fue de más de diez y yo empecé a pensar que aquello me estaba afectando, pero ya después todo pasó y más nunca se repitió», dijo este hombre de aspecto sencillo y con carácter apacible. 

   Pablo contó varias anécdotas interesantes sobre el tema, como la vez que en Camagüey el conjunto rival se olió la trampa y ambos tuvieron que embarrarse el pantalón y los spikes para marcarlos y evitar ser descubiertos. 

   También comentó de manera jovial de un pasaje con el fenecido árbitro Pedro Seoane, quien expulsó a su hermano al confundirlo con él. “Yo me había ponchado antes y le había marcado a Seoane por donde había pasado la bola, y eso no se debe hacer. Entonces él botó a mi hermano pensando que era yo, y Pedro le dijo que él no había sido el del ponche, que me botara a mí, y el árbitro le replicó que había sido él mismo y no yo”. 

   Pablo fue uno de los buenos bateadores zurdos que tuvo la Serie Nacional de la Isla durante aquella década del ochenta y fue sin discusión la primera gran figura de la Isla de la Juventud, en una etapa donde el conjunto pinero era el peor equipo del campeonato. Integró varias veces los conjuntos Habana y Agropecuarios en la poderosa Serie Selectiva, y llegó a integrar la preselección nacional que en una era llena de estrellas representa un mérito indiscutible. 

   Sin ese físico extraordinario el ex número 14 de los equipos pineros dijo que su fórmula del triunfo se debió a la entrega constante desde los entrenamientos hasta el juego de pelota. «Me gustaba mucho entrenar y siempre le sacaba el máximo al rendimiento, y eso me llevó varias veces a la Serie Selectiva y a la preselección nacional para los Panamericanos de Puerto Rico en 1979 y los de Caracas en 1983». 

   En nuestra conversación hubo espacio para que Pablo elogiara el trabajo realizado por su equipo, los Piratas, en los últimos tiempos, capaces de batallar casi todos los años a pesar de no contar con un gran número de jugadores de alto nivel y de tener por mucho la menor población entre todos los participantes de la Serie Nacional. «Lo tuvimos bien cerca dos veces, primero en 1999 y luego en el 2014 pero tenemos que seguir luchando por mantenernos entre los mejores y lograr un día el sueño de ser campeones a pesar de todo lo que tenemos en contra», dijo el natural de Nueva Gerona. 

   Pablo jugó un total de 14 temporadas entre Nacional y Selectiva en las que compiló average de .288, 447 carreras anotadas, 356 impulsadas y mil 6 indiscutibles, mientras su gemelo Pedro participó una campaña menos con promedio ofensivo de .257 y 591 hits. 

   Hubo un tercer hermano, Yoanis, quien comenzó después que ellos, pero reunió mejores estadísticas ofensivas además de desempeñarse por un período de tiempo superior. El también zurdo fue miembro de los Piratas en la inolvidable semifinal de 1999 frente a Industriales, una de las 21 Series en las que estuvo presente. Logró mil 253 incogibles y 408 remolques, con varios años en los que su average estuvo por encima de 300. 

   A pesar de haber sido una figura reconocida del territorio nunca ha tenido mucho protagonismo en los cuerpos de dirección de los Piratas después de su retiro, aún cuando no ha dejado de contribuir en la preparación de muchas de estas selecciones y en el trabajo con las categorías menores. 

   Los dos otros casos de gemelos en Series Nacionales fueron los pinareños Juan y Fernando Hernández en la misma época que los Pérez, así como los capitalinos Irait e Iraklys Chirino a inicios de la centuria actual. Aunque, también se ha especulado sobre algo parecido a lo sucedido con los hermanos de la Isla de la Juventud, especialmente cuando Juan se llevó el título de bateo en 1982-83, pero ha habido una confirmación por parte de ellos como sí hizo Pablo.

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