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El pugilista Leonardo Perdomo es de los atletas que ocupa en la actualidad una posición de respeto en la modalidad Bare Knuckle Fighting Championship (BKFC), gracias a un récord inmaculado en seis presentaciones. El cubano arrolló a sus oponentes y los venció en el mismo primer round con sorprendentes nocauts, pero pocos saben que el pasado del cienfueguero estuvo repleto de adversidades, que llegaron a un punto tal que por su mente pasó la idea de retornar a Cuba.
Leonardo Perdomo, quien volverá a la acción en Fort Lauderdale este 27 de marzo, ante Steve Herelius, aprovechó el instante de exposición ante los medios y una jornada antes de su desafío confesó al medio de comunicación El Nuevo Herald parte de su historia de redención. «El Zambo» salió de la isla y estuvo envuelto en miles de dificultades en su travesía por Costa Rica y Nicaragua, las que lo hundieron en el pesimismo.
Problemas graves
«Ese peor momento sería indescifrable. He dormido en la calle, he dormido en un carro. Estuve literalmente dos meses trabajando como un animal para reunir dinero y poder dar el depósito de una renta. Todavía pienso en esos días y me estremezco», dijo el exponente de Bare Knuckle Fighting Championship.
El antillano recordó que muchos le dieron la espalda y le pusieron excusas de todo tipo para no ayudarlo. En medio de esa tormenta apareció la idea de volver a Cuba como una opción viable.

«Siempre hay a quien llamar, pero te voy a decir una cosa y eso le va a romper el corazón a alguien. Cuando alguien te llame pidiendo ayuda, no le digas, ‘discúlpame, es que me acabo de sacar un carro nuevo’. Esa excusa me la dijeron como ocho personas. Me tocaba seguir aguantando y resistiendo. Estaba llorando y pensé muchas veces, debatí en mi mente, pedir una deportación voluntaria. Prefería resistir con la familia que solo. No era cobardía, sino una sensación muy humana», expresó.
La voluntad de Leonardo Perdomo pudo más
Sin embargo, Leonardo Perdomo logró un nuevo renacer en Estados Unidos, cuando se integró a la práctica del boxeo bajo el mando del profesor Pedro Roque. El deporte le abrió caminos hacia otras posibilidades y su talento le facilitó muchas oportunidades, las que no desaprovechó.
El prestigio del atleta es tanto, que David Feldman, Presidente de la empresa Bare Knuckle Fighting Championship, lo bautizó como el «Mike Tyson cubano», atendiendo al poder tan enorme que posee en su pegada y su estilo incisivo. La posibilidad de una corona mundial está latente y es uno de sus objetivos a corto plazo.
Leonardo Perdomo asumió esta disciplina como su sustento económico y su forma de vida, por lo que su idea es continuar con sus brillantes combates. En juego está la posibilidad de ser el sostén de sus seres queridos.
«Cuando yo subo al ring no existe contrario, no existe oponente que pueda poner en peligro el futuro mío y de mi familia’’, finalizó.
El boxeo cubano en su variante tradicional tiene infinidad de éxitos en su historia, pero el «Zambo» desea que los aficionados le echen una ojeada a Bare Knuckle Fighting Championship y queden cautivados con sus potencialidades. Por lo pronto, el deportista consiguió la victoria más importante: la del renacer de su vida.
Eres de lo que no se rinden, suerte que vas a triunfar, ya lo conseguiste estar sobre el caballo ahora es darle adelante
Saludos
Coraje y garra cubana. Mucha suerte para el campeon.