Por Juan Páez / @jmanupz
Cuando inició la temporada 2017 de las Grandes Ligas, Aroldis Chapman era el único cubano con el rol fijo de cerrador. Cuando se escuchó la primera voz de play ball, por allá en abril, los Rojos de Cincinnati no tenían un apagafuegos designado, el mánager Bryan Price se decantó por la idea de utilizar a sus más eficientes relevistas para tratar de concretar sus victorias.
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En ese grupo figuraba el antillano Raisel Iglesias, junto con otros serpentineros como Drew Storen y Michael Lorenzen. El derecho, nacido en Isla de la Juventud, afrontaba apenas su tercera campaña en las Mayores, pero venía de una buena cosecha en 2016, aunque se alternó entre abridor y relevista intermedio.
Fue cuestión de tiempo y de trabajos positivos para que el isleño se adueñara de ese puesto a tiempo completo. A finales de ese abril ya era el taponero del club que terminó quinto en la división Central de la Liga Nacional. Y cómo no: estuvo perfecto en sus primeras 12 oportunidades de salvar, podía lanzar varias entradas por su experiencia como iniciador y aparte le anotaron solo dos carreras limpias en sus primeras 26 presentaciones, por eso su efectividad minúscula de 0.57.
Llegó a la pausa del Juego de Estrellas con 16 rescates, un solo blown save, 23 imparables y ocho rayitas merecidas en 42.2 entradas, con apenas dos cuadrangulares recibidos. Su promedio de anotaciones era de 1.69, más sus 52 ponches y un average de la oposición de únicamente .159. ¿Mereció ir al tradicional duelo de mitad de zafra? Con toda razón.
La segunda parte de la ronda regular, pese a que también dominó, fue más cuesta arriba. Del 15 de julio al 10 de septiembre, su efectividad fue 2.20 porque siete hombres le anotaron en 28.2 tramos de trabajo. Todo empeoró en los últimos cuatro juegos de la temporada, en los que le hicieron seis carreras limpias en únicamente 4.2 innings (11.57).
En total, Iglesias terminó con 28 salvamentos, récord de 3-3 y PCL de 2.49 en 57 apariciones, en las que laboró por espacio de 76.0 capítulos y retiró a 92 rivales por la vía del tercer strike. Este año dejó su mejor WHIP (1.11) y su mejor relación de ponches por cada 9.0 entradas (10.9). Nada mal para la primera zafra como cerrador.
¿Posible cambio?
Cuando eres exitoso y figuras dentro de un club que parece estar en la mitad de una extensa reconstrucción, es probable que ese conjunto decida cambiarte para obtener buenos prospectos a cambio. Vaya que Cincinnati puede hacer eso por varios factores.
Raisel es un promisorio escopetero de 27 años, probó que puede dominar como taponero, tiene un estupendo arsenal de pitcheos, tiene la capacidad de lanzar varios episodios y tiene cuatro campañas más de control a un precio en exceso razonable con respecto a su calidad en el montículo.
Incluso ya en medio de 2017, antes de la famosa fecha límite de cambios (31 de julio) se manejaba una posible transacción que enviara a Iglesias a una escuadra con chances de ir a los playoffs, algo que no sucedió. ¿Sucederá en 2018? Dependerá más que todo del diestro y qué tanto pueda sostener un desempeño similar al de esta ronda regular, para generar atroz interés de las otras organizaciones, lo suficiente para que los Rojos puedan recibir las piezas que le ayuden a volver a ser un equipo contendiente.
Números de Raisel Iglesias en Grandes Ligas de por vida:
Año |
Edad |
Equi |
W |
L |
ERA |
G |
GS |
GF |
SV |
IP |
H |
R |
ER |
HR |
BB |
SO |
WHIP |
2015 |
25 |
CIN |
3 |
7 |
4.15 |
18 |
16 |
1 |
0 |
95.1 |
81 |
45 |
44 |
11 |
28 |
104 |
1.143 |
2016 |
26 |
CIN |
3 |
2 |
2.53 |
37 |
5 |
15 |
6 |
78.1 |
63 |
22 |
22 |
7 |
26 |
83 |
1.136 |
2017 |
27 |
CIN |
3 |
3 |
2.49 |
63 |
0 |
57 |
28 |
76.0 |
57 |
22 |
21 |
5 |
27 |
92 |
1.105 |
Total: |
9 |
12 |
3.14 |
118 |
21 |
73 |
34 |
249.2 |
201 |
89 |
87 |
23 |
81 |
279 |
1.130 |