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El beisbol cubano goza de una extensa historia repleta de éxitos y derrotas por igual, pero también de hechos que aún permanecen en el más absoluto silencio, a pesar que algunos de ellos rozan la incredulidad. En la presente nota haremos alusión a uno de ellos, que a 82 años de su origen despierta asombros.
Nos referimos a un suceso que se vivió el 25 de diciembre del año 1943 en el estadio del Central Santa Teresa, en Sitiecito, Villa Clara. En la mencionada fecha, se desarrolló un juego que trajo consigo un hito sorprendente y casi imposible de superar, cuando nueve hermanos alinearon en uno de los elencos, ocupando todas las plazas al campo.
Acontecimiento que dejó una huella imposible de borra
El creador de contenido, Elieser El Bayardo, recordó en la red social Facebook este capítulo desconocido por la mayoría de los aficionados al beisbol cubano. El referido post mencionó la porfía inédita que tuvo lugar en la lejana fecha.
La familia Torres se apoderó de la autoría de un fenómeno, cuando enfrentaron a la escuadra Juventud Rodríguez y entablaron un desafío que quedó en los libros de la historia. El usuario Naidel Zamora, plasmó en la sección de comentarios de la publicación de El Bayardo las identidades de los involucrados.
- Delio Torres (P)
- Delfín Torres (LF)
- Rolando Torres (C)
- Eulalio Torres (2B)
- Santiago Torres (3B)
- Rufino Torres (SS)
- Crescencio Torres (CF)
- Melquíades Torres (1B)
- José Torres (RF)
Pero, los que piensen que fue un asunto fabricado para el impacto mediático solamente, están muy lejos de la verdad. Los Torres fueron asiduos practicantes de la disciplina de los outs y los jonrones, con un aval probado en campeonatos de su localidad. Un ejemplo del potencial atlético de la familia fue el propio juego del 25 de diciembre del año 1943, en el cual salieron airosos con marcador de cinco carreras por tres.
Sorprendente página del beisbol cubano
Los que esgrimen cualquier tipo de críticas caen rendidos ante la relación que sostuvo el mítico Conrado Marrero con la curiosa nómina de la prole del terruño villaclareño. Quien se desempeñó en MLB mantuvo una actitud de ayuda y amistosa hacia los Torres y esto parece un sello de garantía.
Los nueve hijos de Gerónima Domínguez y Melquiades Torres tradujeron la pasión por el beisbol cubano a un punto que aún en la actualidad parece sencillamente incalculable. Jamás en el pasado, este número de hermanos se enroló en un cotejo organizado. Las probabilidades que en el futuro se destruya esta primacía parece improbable.
El deporte cubano conoció en sus eventos nacionales de familias que sobresalieron en la pelota de la isla, entre los que destacan los casos de los Gurriel, Sánchez, Alarcón o Mesa. No obstante, no hay ni la más mínima comparación con el evento que trata este texto.
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Cronista del Universo Atlético y Analista de Béisbol con experiencia en varios sitios web. Licenciado en Cultura Física con 17 años como entrenador deportivo. Desde marzo de 2023, miembro del equipo editorial de Swing Completo para la cobertura de Grandes Ligas y Pelota Cubana.