La temporada que está teniendo el venezolano Luis Arráez es, desde todo punto de vista, consagratoria.
Aunque muchos defensores a ultranza de la sabermetría insisten en que el average no es el más importante indicador ofensivo, lo cierto es que tampoco se puede ignorar un bateo tan desaforado como el del camarero de los Marlins.
Pero no sólo a la ofensiva ha destacado Arráez, en varias ocasiones hemos tenido en nuestro sitio extraordinarias jugadas defensivas como la que nos regaló el pasado martes, 18 de julio, ante los Cardenales de San Louis.
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A pesar de caer por quinta ocasión consecutiva y segunda ante los Cards, los Fish dieron batalla y no cedieron hasta el décimo episodio, cuando Nolan Arenado desapareció la pelota para dejarlos tendidos en el cesped.
Pero el papel de Arráez en el choque fue muy destacado. Además de conectar su imparable 132 del año, líder en las grandes Ligas, empujó la primera carrera del encuentro con un fly de sacrificio al jardín central, en lo que fue su empujada 45 de la temporada, tercero de su equipo a pesar de ser primer bate.
Pero además de su aporte ofensivo, Arráez hizo una excelente jugada defensiva en la parte baja del tercer episodio.
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Con el choque empatado a cero, sin out en la pizarra y con las bases limpias, Nolan Gorman, en conteo de dos strikes sin bolas, sacó un roling incómodo cargado a la segunda almohadilla que tenía todas las papeletas para convertirse en indiscutible pero Arráez no pensaba lo mismo.
Lanzandose en diving se hizo de la pelota y sin perder tiempo se puso de pie y lanzó para primera con tiempo suficiente para sacar a Gorman.