El boxeador cubano, sus sueños, sus quimeras y sus realidades

Por Alexander García Milián Un paso liviano, liviano que en segundos se vuelve ágil, rápido, como un rayo. Lo vemos moverse de aquí para allá en el ring, encima del cuadrilátero, Julio Cesar la Cruz parece dejar la vida dentro de las cuerdas y la deja. Julio Cesar la Cruz, “ la sombra”, “ el […]

Por Alexander García Milián
Un paso liviano, liviano que en segundos se vuelve ágil, rápido, como un rayo. Lo vemos moverse de aquí para allá en el ring, encima del cuadrilátero, Julio Cesar la Cruz parece dejar la vida dentro de las cuerdas y la deja.




Julio Cesar la Cruz, “ la sombra”, “ el rayo”, “ el fuego”, el hombre que “ baila ” sus combates, que goza de lo lindo sus peleas; con mirada provocadora; una mirada de águila que parece desesperar a sus rivales , que busca sacar de paso, impacientar y lo logra. La Cruz muestra el rostro, lo muestra altanero, esquiva un recto, suelta una combinación- derecha… izquierda,… izquierda,… derecha- se mueve, se mueve rápido, ríe; sus rival lo va a buscar de brazos abiertos , deja la guardia a la deriva y ahí entra otra vez el camagüeyano…
La imaginación se desborda pero los sueños son realidad de la noche a la mañana, vienen de ella, del día a día, están en la mente, hacen y deshacen todo,… Quiero pensar que Julio llegará, creo que debe estar, como muchos, como todos los de la Escuela Cubana de Boxeo al más alto nivel,… en el profesionalismo… la parada sube… La imaginación lo sumerge todo…



La Cruz, el hombre que recibió un tiro, y entonces Cuba entera se conmocionó, estuvo atenta quizás como si se tratara de un ministro o del mismo presidente; Julio volvió rápido, Julio el olímpico, el mundialista, Julio renueva su técnica, sube de división, gana en la series mundiales, vuelve a bajar- nocaut de por medio- gana, sigue ganando. Julio, es como Maywather, como Paquiao, Julio ya tiene su estilo marcado en el pugilismo, ya es historia pero sigue…
Julio sale al ring, en las cámaras de televisión disfrutando de un juego de pelota entre Las Tunas y Camagüey; la gente le grita, lo aplaude, todos quieren saludarlo;- “… Vine a ver a los Toros,… también a mi amigo Yosvani Alarcón…”- dice Julio con su voz ronca… Julio sale al ring cinco, diez, veinte veces;… sale Argilagos de una cárcel en Estados Unidos, parece que entra de una vez al profesionalismo; entra también Robeisis; Julio, Argilagos, Robeisis; lo mejor del boxeo en Cuba,… – Julio debe ser profesional – me digo, pienso… Julio puede ser lo que quiera… Robarse el show en A los Golpes, acaparar titulares en The Ring…
Ya viene la final de la Serie Mundial,… esta ahí, bien cerca, al doblar de la esquina; Julio estará, por el pasan gran parte de las esperanzas de los Domadores; Julio, Serie Mundial,… el mundo amateur ya le queda chico al camagüeyano… Tiene todo para abrise paso hasta lo más alto del pugilismo profesional…



Canelo y Golovkin van a lo que puede ser la pelea del año, de las mejores en la historia; Julio Cesar la Cruz puede ser el dueño del Madison Square Garden; ya Rigondeaux topó al más alto nivel, lo ganó todo, lució como un gigante pese a su “tamaño enano”, luego perdió con Lomachenko para cerrar con sombras su brillante carrera profesional; Julio es como Bernard Hopkins, como Anthony Joshua, el puede ser ellos y más, ser el, un gigante, … el profesionalismo le espera, todos lo quieren ver…
Parece un sueño, pedazos de realidad, trozos de imaginación,… amor por el boxeo,.. admiración por Alí, por Stevenson,… parece un sueño pero Argilagos y Robeisis también un día pensaron que sería un sueño…
Julio ya puede ser gobernador, puede ser alcalde, o lo que quiera, solo resta salir del Guajay, tomar la decisión… ser Rigo, Erislandy Lara, Odlanier Solís,…! No! ¡Ser más!, ser el rey, ser Chocolate, Stevenson,… La Cruz debe saltar de a una,… la Cruz debe llegar,… la parsimonia de una Serie Mundial que no le cala desde hace tiempo tiene que terminar,… queda de su parte;… Julio es profesional,.. Sin saberlo quizás, sin estar valuado tal vez,… pero Julio lo es,… debe buscarlo,… los cinturones lo esperan… ¡Vista muchacho!



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