Por Juan Páez
No es muy común, sobre todo en estos días, ver brillar a jugadores de 35 años. Es menos corriente aun verlos en la mejor etapa de su carrera. A esa edad, usualmente el cuerpo empieza a avisar que el retiro está cerca. Pareciese que la distancia entre las bases se incrementa y el bate pesa más. Pero Yulieski Gurriel es lo contrario a todo eso, lo ha demostrado a lo largo de toda la temporada 2019 de las Grandes Ligas.
En esta época en la que hay un sinfín de casos de figuras sin trabajo o en declive notorio con 35 o más primaveras, el “Yuli” se mantiene firme en la ofensiva de los Astros de Houston. Acaba de finalizar la ronda regular con números impresionantes y también se hace notar con los siderales en la postemporada.
Gurriel, quien renovó su calendario el 9 de junio, legalmente jugó esta campaña con 35 años, pues el sistema de Grandes Ligas tiene como fecha límite el 30 de junio para determinar la edad con la que cada pelotero jugará cada torneo. Es decir si el de Sancti Spiritus hubiese nacido del 1 de julio en adelante, la edad para esta zafra habría sido 34. Pero no fue el caso.
Una vez aclarado ese punto, hay que poner en contexto el año del slugger isleño. Solo tomando en cuenta temporadas de 35 en adelante en las últimas 10 ediciones de la Gran Carpa (desde 2010), solo ha habido 10 jugadores con 100 fabricadas, tres con 40 dobles, 14 con 30 vuelacercas, 16 con 160 indiscutibles, 18 con .290 de promedio (con las apariciones necesarias para calificar al título de bateo) y seis con OPS de .880 (mismo caso del average).
Ahora Gurriel forma parte de todos esos grupos, al lograr una de las mejores campañas para peloteros de su edad.
Otro contrato
La fortuna del “Yuli” podría ser diferente a la que, por ejemplo, vive su compatriota Kendrys Morales.
El espirituano demuestra que aún no sufre los embates de la edad y se alista para ser agente libre luego de la próxima zafra, cuando el contrato que firmó en 2016 por cinco torneos y 47.5 millones de dólares llegue a su fin. Así lo sugirió el importante medio estadounidense The Athletic.
Salvo una debacle en su accionar o una lesión que lo saque de acción en un lapso prolongado y que termine alterando su juego, el veterano va en ese camino de permanencia con los Astros.
Al establecerse en la primera base, llenó un vacío de años en el equipo y, sin ser la estrella principal de un lineup que incluye a figuras como Alex Bregman y José Altuve, es uno de los toleteros más consistentes y peligrosos a disposición del mánager AJ Hinch.
Gurriel tiene argumentos de sobra. Por nombrar otro ejemplo, esta temporada tuvo excelentes líneas ofensivas, con hombres en posición anotadora (.301/.358/.590) y bases llenas (.438/.412/.938).
Con los ángulos congestionados fue uno de 33 peloteros con par de grand slams en el 2019, a la vez que fue el 7mo que más empujó en esa situación en toda la MLB, con 19 remolques y un solo ponche en 16 veces al bate que tuvo con bases llenas.
Con hombres en posición anotadora y dos outs terminó 6to en las Grandes Ligas en imparables (22) y 8vo en remolcadas, con 32.
El caballete de Sancti Spiritus, sin hacer mucho ruido, está trasladando con éxito el estatus de leyenda que dejó en Cuba hacia las Grandes Ligas.