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La situación económica desfavorable de los atletas cubanos es de larga data y las historias de esta índole abundan. Nombres tan ilustres como los de Antonio Pacheco y Orestes Kindelán no escaparon a esa rutina. Juan Ignacio Hernández Nodal, reconocido agente MLB, narró en exclusiva para nuestro medio de comunicación Swing Completo un episodio que involucró a estas luminarias del beisbol en la Mayor de las Antillas
Según el scout, coincidió con este dúo en en un evento internacional que se efectuó en Estados Unidos y visualizó con sus propios ojos un hecho que lo marcó para siempre. Los dos ases del equipo nacional visitaron un local en la búsqueda de proveer de calzado a sus hijos, pero la pobre economía de ambos afectó esta pretensión.
La solvencia económica de Antonio Pacheco y Orestes Kindelán fue muy limitada
En ese instante, Juan Ignacio Hernández Nodal tomó cartas en el asunto y les obsequió dinero a ambos peloteros, para que estos cumplieran con sus objetivos. La conversación que escuchó entre los dos atletas hizo que diera el paso al frente, aunque en ese momento no reconoció la identidad de los deportistas
«Yo estaba en una tienda y vi a Antonio Pacheco y a Orestes Kindelán en el sitio. Aquello me partió el alma. Estaban mirando unos zapatos de niño que valían 1.99 dólares y uno le dijo al otro: ‘Préstame los dos pesos que te dieron de dieta hoy para yo comprar los de la niña y mañana yo te doy los míos‘», rememoró el agente MLB en el diálogo que sostuvo con nuestro medio de comunicación Swing Completo.
Hernández Nodal fue quien posibilitó la compra, gracias a un regalo que le hizo a dos de los pilares de la selección nacional. El especialista no se quedó inmóvil y su buena voluntad le cambió el panorama para bien a los beisbolistas en cuestión.
«Les metí 50 dólares en sus bolsillos»
«Yo agarré dos billetes de 50 dólares, pasé por el lado de ellos y se los metí en sus bolsillos. Les dije: ‘Muchachos, resuelvan’ y me fui. Ellos estaban ahí mirando eso y yo estaba dentro del Walmart. Ellos bajaron a ese lugar a comprar unas cositas para sus hijos, pero cuando yo vi aquello les dije que resolvieran y después nos veíamos«, dijo Juan Ignacio.
«No sabía quienes eran. Yo me percaté que eran dos peloteros porque tenían la camisa que decía Cuba y la gorra. Después Osvaldo Fernández fue quien me dijo quienes eran ellos«, aclaró quien expuso el capítulo.
En esa ocasión, Antonio Pacheco y Orestes Kindelán fueron la muestra visible de un fenómeno que aún se cierne sobre el deporte cubano. Es inconcebible que figuras públicas de ese rango no puedan saciar con su peculio personal necesidades extremadamente básicas. Nadie escapa del castigo y la vivencia que sirvió de guía a esta nota así lo demostró.
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Cronista del Universo Atlético y Analista de Béisbol con experiencia en varios sitios web. Licenciado en Cultura Física con 17 años como entrenador deportivo. Desde marzo de 2023, miembro del equipo editorial de Swing Completo para la cobertura de Grandes Ligas y Pelota Cubana.