Por Alejandro Varela
En sus siete temporadas previas en la MLB, el boricua Eddie Rosario no había visto las nubes tan grises como en este 2022. El jardinero de 30 años experimentó un descenso en su rendimiento a inicios de la actual campaña que, unido a una cirugía ocular que le hizo perder dos meses de acción, ha llevado a cuestionar incluso su permanencia en el primer equipo de Atlanta Braves.
O al menos así pensaba parte de la prensa y fanáticos hasta finales de julio, cuando promediaba un pálido .158, con apenas 17 hits en 117 turnos, dos cuadrangulares, siete impulsadas y 28 ponches.
Sin embargo, agosto llegó con nuevos bríos para el nacido en Guayama, y en apenas cuatro desafíos ya superó su marca de remolques en los anteriores meses de campaña, con nueve, además de conectar de 17-6 para exhibir un average de .373.
La destacada producción de Rosario en los últimos días tiene dos picos de alto nivel, el primero de ellos el pasado martes cuando se fue de 5-3, con bambinazo incluido y cinco impulsadas, y este viernes, donde a la altura del quinto inning llevaba de 4-2, sumando un doblete y otras cuatro remolcadas.
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El subcampeón mundial con Puerto Rico en el IV Clásico de 2017 fue un jugador clave para los Bravos en la obtención de la Serie Mundial del curso pasado, y la directiva del conjunto cuenta todavía con sus prestaciones en la defensa de la corona del actual año.
Aunque su rendimiento en las últimas temporadas, primero con Cleveland y luego con Atlanta, dista de sus primeros años con los Twins, cuando llegó a conectar 119 homeruns de 2015 a 2020, Eddie aún es un jugador al que le queda mucho béisbol por dar y bien que puede intentar emular sus éxitos de antaño.