Quiso acabar con su vida: La terrible confesión de Enrique Díaz

Kiara Gonzalez

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«Casi cualquier cosa que yo hiciera, al menos empataba el juego», comentó Enriquito en “El Show de Swing Completo”.

La noche del 8 de abril de 2004 será siempre recordada por los seguidores del beisbol capitalino, pues el equipo de Industriales se coronaba campeón de la edición 43 de la Serie Nacional, al derrotar por barrida de 4-0 a su similar de Villa Clara.

En un estadio Latinoamericano abarrotado de público, se jugaba la parte baja del noveno episodio, Industriales iba perdiendo por una carrera y sin outs en la pizarra, con corredores en primera y tercera, el estelar camarero Enrique Díaz empuñaba el madero azul, frente al diestro Eliecer Montes de Oca.

Enriquito ya había pegado dos incogibles en ese partido y Montes de Oca venía lanzado hermético de relevo, hasta entonces. Sin embargo, muy posiblemente, algo podía perturbar la cabeza de “La B*la de Centro Habana”. Y es que dos años atrás, el propio pelotero capitalino, había cometido un costoso error en el playoff de cuartos de final ante Pinar del Río, que a la postre contribuyó a la eliminación de Industriales en la Serie 41.

«Casi cualquier cosa que yo hiciera, al menos empataba el juego», comentó Enriquito en “El Show de Swing Completo”, espacio al cual fue invitado en una oportunidad.

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«Solo un buen batazo mío dejaría al campo a Villa Clara. Víctor Mesa me puso a los jardineros en formación especial, cubriendo todos los espacios por donde yo siempre bateaba hacia la parte derecha del terreno», agregó Enriquito.

Sin embargo, en conteo de dos bolas sin strikes, llego la magia. «Por cosas del destino, yo bateo línea entre el jardín izquierdo y el central y la bola, además, dio un primer bounce y se quedó en el lugar como si estuviera muerta. El “Puma” (Yasser Otamendi) estaba en primera, corrió muy rápido y anotó la carrera de la victoria», explicó Enriquito en el show.

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«No todo el mundo tiene la posibilidad de decidir un campeonato para un equipo tan grande como Industriales, en el Latino, como hizo Marquetti en su momento. Eso para mí fue el premio que me dio la vida por tanto amor y tanta entrega al beisbol», dijo quien fuera camarero de equipos capitalinos durante 26 temporadas.

Uno de los seguidores del canal le comentó a Enriquito que él «era un pelotero que había vivido experiencias increíbles en el beisbol» y le peguntó sobre «dos momentos en su vida como pelotero, uno positivo y otro negativo», que sin dudas marcaron su carrera: «decidir un campeonato y cometer un error que casi costó otro».

Luego de pensar unos instantes, el estelar camarero capitalino dijo: «Voy a dar una exclusiva para Swing Completo, algo que jamás he contado a nadie nunca. Pero lo voy a hacer aquí hoy».

«Esas fueron dos historias muy difíciles en mi vida. Yo siempre fui un pelotero muy dedicado, pero les confieso de que tuve la osadía de querer acabar con mi vida en aquel momento», expresó Enriquito.

«Por supuesto que hoy, con la cabeza fría, ni lo hubiera pensado, aunque hiciera mil errores más. Pero en aquel entonces sí lo hice. Seguro era la calentura del momento. Amo tanto el beisbol que quise hacer eso».

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«Y quiero aclararles algo también: la única persona que estuvo conmigo en todo momento, de peloteros, entrenadores, de todos los posibles, ese fue Rey Vicente Anglada. Por eso lo admiro y lo respeto mucho. Rey Vicente Anglada desde el mismo momento en que hice el error, apenas se acabó el partido, no dejaba de repetir: “El error no es de Enrique, el error no es de Enrique. No perdimos por Enrique”. Y a raíz de eso, tiempo después, me puse a investigar».

«Un director de la televisión cubana de aquella época, me da un cassette con el juego ese y me muestra la jugada en cámara lenta y yo pude comprender lo que decía Anglada, quien fue un excelente segunda base. El batazo salió hacia mí, la bola me da en el cuerpo y se va a un lado. Yo reacciono rápido y tiro a primera, pero el inicialista Antonio Scull, en vez de estar atento a la jugada, lo que hizo fue salir a protestar. Por ese motivo, cuando yo le tiré la pelota a él, ya se había salido de la base y buscándola con el pie no puede atrapar la bola».

«Quiero aclarar que no estoy diciendo que el culpable sea él (Scull), no, el culpable fui yo porque no hice el fildeo desde el primer momento pero si él flldea la bola, eso es out. Fíjate que el corredor era lento y no pudo ni siquiera llegar a segunda. Esa es la historia verdadera de esa famosa jugada», subrayó.

«Para mi vida personal, eso significó mucho. Hay grandes peloteros que han cometido errores y eso los marcó para siempre. Yo tuve la dicha de que la vida me permitió decidir un campeonato muy poco tiempo después de aquello. Fue algo grande para mí, pues pude desquitarme de ese momento triste», asegura el exjugador.

«El deporte a veces es injusto. Nadie se acuerda a veces de todo lo que hice como pelotero, ni los números que tuve. Nadie me pregunta cómo ser un buen primer bate. Todos quieren saber de ese error, los que me conocen y los que no, como si todas las cosas buenas no existieran».

«Siempre me pregunté por qué me había pasado eso a mí. Yo era una persona que ni tomaba, ni salía a fiestas, dejaba embarcados a mis amigos para dedicarme de a lleno al beisbol. Pero la vida luego me demostró que no todo era la pelota, que también era importante la vida social, los amigos, la familia, dedicarles tiempo a ellos también es muy importante. El béisbol es lindo, pero no puede estar por encima de todo», reflexiona.

«Lo que viví fue difícil. A mí me gritaron, me insultaron, le tiraron piedras a la casa de mi papá. Siempre me preguntaba a mí mismo: ¿Por qué me había pasado eso a mí? Si yo era el que más entrenaba, el más disciplinado, aconsejando a mis compañeros, era el líder, la bujía inspiradora. De todos modos, siempre quedaré agradecido de los amigos que siempre estuvieron apoyándome. A periodistas como los de Swing Completo que se acordaban de mí y me daban su apoyo. Y además, que hoy en día me quieren, me elogian y reconocen todo lo que hice por el beisbol».

Enriquito agregó que «hubo gente incluso que trataron de desacreditar el batazo que di para decidir el campeonato, comentando que si no ganaba Industriales ese día lo haría al siguiente. Pero la verdad es que 18 años después de la última vez que ocurrió, Enrique Díaz decidí un campeonato para Industriales en el mismísimo Latinoamericano», concluyó.

Sin duda alguna, este es un ejemplo claro de reivindicación en el deporte y bien merecido par Enriquito el haber recibido la oportunidad de “desquitarse”. Agradecemos la exclusiva a nuestro canal y le extendemos la invitación para un próximo programa.

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