Por Franco Miguel Alvariño
A falta de unas semanas para que dé comienzo el torneo preolímpico de las Américas, la dirección del béisbol en Cuba anunció en días recientes en voz del comisionado nacional, Ernesto Reinoso, la intención de armar un equipo competitivo, al tiempo que dejó abierta la posibilidad de que jugadores cubanos contratados fuera del amparo del INDER pudieran representar a su país.
Tal iniciativa despertó la polémica, opiniones encontradas en torno a lo acertado o no de la decisión, condiciones, etc. Sin embargo, de concretarse tal acontecimiento ¿Cuánto pudieran aportar esos jugadores a la selección nacional de la Mayor de las Antillas?
Bien es sabido, por ejemplo, la falta de bateo de largo metraje que experimentan los Equipos Cuba en eventos internacionales, al menos en el último lustro. Salvo Alfredo Despaigne, y uno que otro oportuno que pueda conectar cuadrangular, la escuadra nacional carece de productores natos en cuanto a jonrones se refiere.
Es así que vale la pena echar un vistazo a lo que vienen haciendo dos atletas formados en la Isla, pero que se desempeñan actualmente en la Liga Profesional de Japón (NPB) y figuran como potenciales candidatos a vestir la franela de las cuatro letras y devolverle el respeto que una vez tuvo ese equipo.
Dayán Viciedo, desde hace unos años y ahora, más recientemente Leonys Martín, destacan como sluggers dentro del circuito Nipón. El primero pertenece a los Dragones de Chunichi, aunque cuenta con experiencia en las Grandes Ligas de Estados Unidos; Martín, quien también jugó al máximo nivel, se desempeña con el Chiba Lotte Marín.
Ambos le darían cierto balance a una posible alineación antillana y sus números así lo demuestran. Sin dudas, el referente en estos momentos se llama Alfredo Despaigne, pero, cuán lejos están Viciedo y Leonys del “Caballo de los caballos”.
El inicialista y designado de Chunichi debutó en la NPB el 2016 y en cinco temporadas en Asia ostenta 106 bambinazos, mientras que Martín, en tres campañas (llegó a Japón a mitad del 2019) registra 46 batazos de vuelta completa. Dicho así parece algo frío y sin sentido alguno.
Sin embargo, el promedio de jonrones de Leonys esta campaña no es para nada despreciable, pues conecta un vuelacerca cada 8.14 veces al bate en lo que va de año. De forma global, en su carrera en la “Tierra del Sol naciente” despacha uno cada 13.26. Por su parte, Viciedo acumula una frecuencia jonronera cada 21.8 turnos oficiales. Mientras que, el llamado a ser el cuarto bate del Cuba, lo hace cada 15.2, con 160 batazos de vuelta entera en su carrera de siete años en Asia.
Esa capacidad de darle duro a la pelota queda más que probada al tener en cuenta otros parámetros tales como el slugging. En este apartado, Leonys lleva la voz cantante con .505, aunque con mucho menor volumen de juegos. Despaigne, con un poco más de carretera, ostenta .502 y en su mejor temporada registró .520, simplemente de otra galaxia. Pisándole los talones está Viciedo, quien no se queda atrás con .492.
Sucede que, el slugging, no resulta una estadística tan abarcadora o que, al menos, permita descubrir ciertamente la capacidad para conectar extrabases de un bateador. En este caso sería conveniente apelar al poder aislado del bateador (ISO). Como promedio en sus respectivas trayectorias, Viciedo exhibe un ISO de .196; Despaigne los .240 y Martín .269; cuando la media en la MLB ronda los .155.
Cualquier equipo de pelota que cuente con alguno de estos sluggers podrá garantizar bateo de fuerza y producción de carreras en su line-up. Ahora, imagínese poder contar con los tres en una escuadra nacional. De concretarse su reincorporación al conjunto nacional, Dayán Viciedo y Leonys Martín bien pudieran engrosar la tanda gruesa del plantel antillano y luchar por el tan ansiado cupo olímpico.