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Tras bambalinas se fragua un proyecto que tiene al equipo Cuba de beisbol en el centro del «experimento». Los dirigentes del deporte decidieron olvidar a conveniencia los pasos que siguieron en el pasado y apuntaron al VI Clásico Mundial. La idea es sumar a peloteros MLB, aunque hasta hace apenas unos años estos eran vistos como enemigos y sobre ellos se lanzaron los más crueles castigos.
En el recuerdo de todos permanecen las palabras del dictador Fidel Castro, quien los catalogó como escorias y prometió que estos jamás iban a pisar nuevamente la tierra que los vio nacer. En un término simple: fueron expulsados de su propio país y señalados como si hubiesen cometido actos horrorosos.
Una y otra vez fue así, hasta que el equipo Cuba de beisbol cayó en una rutina perdedora y la pelota en el país mostró gravísimas deficiencias. Los podios en los eventos internacionales comenzaron a ser más escasos y los principales responsables no encontraron la vía para remediar la situación.
Cambio de postura
El panorama para el Vl Clásico Mundial se tornó tétrico y la posibilidad de una actuación vergonzosa apareció en el tintero. Entonces, los jefes de mayor rango «cambiaron de piel» y en un acto inesperado para algunos se mostraron hospitalarios con los peloteros de la nación que se desempeñan en la liga de más nivel en el mundo.
Tal pareció que no importó arrollar los principios que alguna vez pregonaron como bandera ideológica. El proceso de conformación del equipo Cuba borró de sus mentes la intransigencia tan al límite con la cual sentenciaron al olvido a varios connacionales. Esta actuación se amparó en la búsqueda de dividendos y no en un sentimiento genuino.
Los peloteros cubanos que recibieron los calificativos de desertores cambiaron su estatus de la noche a la mañana y la censura se trastocó en un llamado de ayuda. La realidad mostró que la disciplina pereció dentro de las fronteras y la debacle en el Clásico Mundial que se avecina era inminente. Esto fue motivo suficiente para que los dogmas del pasado se transformaran en una insípida invitación.
El equipo Cuba de la discordia
Un gran número de atletas no se plegó a este falso acto de perdón y de inmediato rehusó al mismo, en franco apoyo a los centenares de compatriotas que fueron tratados como delincuentes por solo pensar diferente. Otros, en cambio, aceptaron el trueque y garantizaron su presencia en la competición que reunirá a las mejores selecciones nacionales del orbe.
El equipo Cuba es un caso particular que enseñó que la prioridad de los gobernantes fluctúa debido a la necesidades que deseen solventar. Lo que ayer fue un acto deshonroso y merecedor de las palabras más ofensivas, hoy se tradujo en una puerta que se abrió a todos los que deseen cruzarla. Las incongruencias son la norma y la vergüenza salió de paseo.
Cuba cambia, pero ustedes son los mismos de siempre. Hasta cuándo van a presionar a los peloteros para que no jueguen con su país.
Como dice el dicho, palos porque va y palos que no va. Parece que la cuestión a la hora de referirse a este neurálgico problema es mostrar un eterno desacuerdo con todo lo que venga de las instituciones cubanas. Predicar con el espíritu de contradicción por el solo hecho de que se siente placer al hacerlo, o porque conviene perpetuar el odio y las diferencias, está muy a tono con aquello de «si se resuelve el problema, no tengo de que hablar (o de que vivir)». ¿Por qué hay que hacer una tragedia de la disposición de algunos peloteros a representarnos en el clásico y de la aceptación de tales jugadores por parte de la Federación Cubana?. ¿Por qué hay que hacer del culto al pasado la profesión del presente? ¿Es falta de imaginación o déficit creacional? El resentimiento por cosas que pudieron doler en su momento no tiene porque ser un estigma para toda la vida. El que no quiera ponerse la camiseta de las cuatro letras, se le respeta su criterio amparado en los motivos que pueda tener, estemos o no de acuerdo con ellos. Pero instigar a los peloteros dispuestos a sumir el reto a que abandonen tal empeño, me parece una práctica descabellada, totalmente viciada por el odio y las malas intenciones. Que amargamente contrastante es ese caleidoscopio en el cual unos buscan afanosamente la reconciliación entre cubanos, mientras otros prefieren zanjar más el abismo que los separa porque solo pueden ver en el conflicto una mina de oro que satisfaga sus ambiciones. Que lamentablemente despreciable se torna de pronto el hecho de usar el bello arte de la palabra para mancillar al semejante y sembrar la manzana de la discordia entre iguales. Por favor, seamos honestos, discrepemos con respeto, dejemos la arrogancia encerrada en un lugar del cual no pueda salir y hacernos daño. Un equipo Cuba de béisbol siempre será motivo de controversias, siempre faltarán nombres ya que todos no pueden, no quieren o no los dejan estar. Pero los que estén merecen nuestro apoyo ganen o pierdan, merecen nuestra consideración por dignarse a jugar por la tierra que los vio nacer que, dicho sea de paso, no es propiedad de los que fuerzan a muchos a abandonarla. No actuemos como si hubiera un muro mental que nos impida pensar más allá de ciertos límites que, a la larga, son más autoimpuestos que traídos desde «afuera», son más un problema de autosugestión que de sugestión efectiva de la política de turno, límites que solo se vencen con el pensamiento crítico de quien sabe mirar las cosas con los lentes de la verdad. Volveremos a vernos.
Compadre hasta cuándo con lo mismo. Dejemos eso ya. Siempre es un litigio, los peloteros cubanos no juegan con el equipo de Cuba , el de la federación, no por la federación, sino por personas como ustedes que siempre están buscando tocar en la heridas, en los errores o no de un lado. Nunca buscan los errores o malos procedimientos de los otros, esos que incumplen un contrato, abandonan una delegación oficial, dónde llegan con el amparo de una institución, dónde tienen contrato firmado, compromisos que cumplir.
Pero no, si haces esas cosas, que son violadores de las normas que cada federación o estado pone. Entonces, tratándose de Cuba, esa federación debe quedarse calladita.
Nadie habla de más verdaderas causas, porque nunca he leído escrito de ustedes hablando del convenio con la MLB Y LA FEDERACIÓN CUBANA. Quién fue el responsable de que no se pusiera en práctica.
No son serios, desgraciadamente, dan un seguimiento a los cubanos donde estén, pero siempre induciendo a la desunión.
Que dios los bendiga y los perdone por tanto daño que hacen con desunir a los cubanos.
Y no me refiero a críticas de cosas que se pueden hacer mejor, sino ese odio miserable que demuestran a todo lo que se hace en Cuba.
Mejor dicho imposible.
La pútrida gusanera no ceja en las felonías, denostan a diestra y siniestras, desacreditando con difamaciones contradictorias y al son del viento que sople
Viles y repulsivos en tantas bajezas
Sres que bueno que se llego a hacer algo bueno si no se hacia era malo ahora se hace dicen que es malo o sea ustedes van contra la mejoria ce las cosas como cusndo las grandes ligas pidio a cuba una lists de los mejores propecto para que pudieran jugar en grades liga con el derecho de vivir en cuba y no tener que desertar y lograr que purdan jugar en grandes liga y vivir en cuba como lis demas que son de otros pais y el gobierno yanqui rompio ese acuerdo o sea se vio bien claro quien esta contra se resuelvan los problema ya que lo que biscan es apoderarse de cuba pir eso las sanciones asesina contra el pueblo de cuba esp es cobardia y hp