Los hechos lamentables que envuelven al beisbol en la Mayor de las Antillas y al equipo Cuba de la disciplina es una constante diaria, lo que quedó demostrado una vez más en la jornada del 30 de septiembre. El medio de comunicación, Pelota Cubana, sacó a la luz pública un acontecimiento extremadamente vergonzoso, que tuvo a la selección de Matanzas como principal protagonista.

La actuación de los yumurinos se hundió en la mediocridad en el torneo Barcelona Baseball Cup, que finalizó el pasado 29 de septiembre en tierras españolas. La tropa que dirigió Armando Ferrer no pudo llegar a la final del evento, después de perder dos encuentros y obtener una solitaria victoria. Esto resultó un rotundo fracaso, que se unió a las derrotas cada vez más comunes en el deporte cubano en los últimos años.

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No obstante, un asunto aún más grave se reveló. El mencionado medio informó una situación que demostró por enésima ocasión el pensamiento que guía los pasos de integrantes de cualquier equipo Cuba a torneos extrafronteras. ¡El conjunto de Matanzas viajó a España sin bates propios para jugar!

Lo que puede resultar increíble para algunos tuvo una finalidad: ahorrar peso en los equipajes para a la hora del retorno poder sumar más «pacotilla» para la familia. Ese modo de actuación se convirtió en una vía de escape para los deportistas, como la única forma de paliar de alguna manera las constantes penurias que tienen que enfrentar en su país de nacimiento.

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Equipo Cuba viajó a España sin bates

El equipo Cuba de beisbol se sumó a este proceder y así enfrentó la justa en la nación ibérica. Los peloteros pertenecientes a las filas de Matanzas tuvieron que pedir prestados algunos bates, para poder desarrollar los desafíos previstos en el calendario.

La travesía del combinado antillano estuvo repleta de polémicas, ya que es preciso recordar que las trabas burocráticas impidieron que viajaran a tiempo a la sede prevista. Poco después, Yordanis Samón, uno de los integrantes de dicho equipo Cuba, rompió el silencio y dio a conocer que no entrenaron durante más de 10 días, lo que afectó seriamente la forma deportiva de los atletas.

Es una práctica habitual en las delegaciones cubanas la compra de «pacotilla», pero el dar más prioridad a esto que a los implementos deportivos imprescindibles para desarrollar la liza sí es una situación que tocó los límites.