El dominicano Vladimir Guerrero Jr. es de esos jugadores cuya inteligencia te puede hacer ganar un partido solo por el hecho de realizar algo que no se vería comúnmente en el mejor beisbol del mundo.
La novena de Toronto Blue Jays estuvo de visita en la casa de Cincinnati Reds. En lo que fue el primer encuentro de la serie que se está llevando a cabo en el Great American Ball Park.
Una cita en donde los pitchers fueron los protagonistas de ambos equipos, los cuales en siete entradas completas solo se habían permitido cinco hits y la pizarra se mantuvo en blanco.
Guerrero Jr. partío como tercero en el orden ofensivo y defensor de la primera almohadilla para Toronto.
En la parte baja del inning siete, con un solo out y un corredor en la inicial, llegó Will Benson por parte de los Rojos a consumir turno. Momento en el cual en cuenta de tres bolas y cero strikes llegó al plato una recta de cuatro costuras la cual pudo conectar el bateador.
El batazo salió con un ángulo de inclinación de 74 grados, lo que produjo que la bola se elevara bastante, la cual solo recorrió 62 pies. Vladdy tuvo el dominio de la misma y la pudo haber atrapado para lo que sería el segundo out, pero en sus planes estuvo otra cosa.
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Ya cuando «doña blanca» estaba casi por tocar el guante del dominicano, este se hizo a un lado y dejó caer la bola, lo que produjo que el corredor de primera tuviera que avanzar.
Vladimir Guerrero Jr. recogió la pelota y lanzó a la inicial, luego se realizó un tiro a la segunda base y el defensor rápidamente tocó al corredor y completó la doble matanza para culminar el episodio.
Una jugada muy poco vista, en donde el quisqueyano jugó a lo que comúnmente llamamos «pelota caribeña», demostrando lo hábil y veloz que es para decidir en el último segundo lo que mejor conviene para su equipo.
No cabe duda que Guerrero Jr. es pieza clave para el conjunto de Toronto Blue Jays, lo cuales siguen en la lucha por el comodín para avanzar a la postemporada.
El marcador se mantuvo intacto hasta el momento de la redacción de esta nota, en ocho entradas completas en donde ningún equipo habia logrado anotar una carrera.