Por Yasel Porto
En el deporte son muchos los apodos que han edulcorado el espectáculo. El béisbol cubano ha constituido una parte indiscutible de esta regla, no solo por la cantidad sino también por la diversidad y originalidad de estos sobrenombres. Incluso ha habido muchos ejemplos que aún retirados son más conocidos por esos motes que por su nombre oficial.
El caso que nos ocupa cumple con lo dicho al cierre del párrafo anterior, sobre todo en un plano más personal, convirtiéndose en el único pelotero hasta donde yo tengo conocimiento, que recibió un seudónimo por una marca de pantalón.
Confieso que hasta hace muy poco ignoraba el origen del apodo de “Jimmy” del estelar slugger Gabriel Pierre Lazo, uno de los antesalistas más destacados que han jugado en nuestras Series Nacionales. Fue en un intercambio con el laborioso grupo de fanáticos “Avispas Santiagueras” que salió a la luz toda la verdad del origen que aquel sobrenombre y su vínculo real con la referida pieza de vestir.
Según el propio miembro de la mítica “aplanadora”, el calificativo surgió a finales de la década del ochenta por iniciativa nada menos que del legendario Antonio Pacheco. «En Cuba se empezó a usar mucho por ese tiempo una marca de pitusa que se llamaba Jean Pierre, y Pacheco empieza a usar de jodedera lo de Jimmy en alusión a eso precisamente”.
El carismático ex tercera base señaló que al principio estaba algo desconcertado por la forma en que la decía su amigo y compañero de equipo, hasta que éste último le aclaró. «Había otros que me decían Pierre Carty pero el que se quedó definitivamente fue el que había inventado Pacheco, que se hizo tan famoso que todavía en la actualidad mucha gente me dice más Jimmy que Gabriel o Pierre. Incluso en el estadio Guillermón Moncada en varias ocasiones el público coreaba indistintamente Pierre y Jimmy camina esto», continuó explicando el miembro del reducido club de 300 jonrones en Series Nacionales.
«Yo llegué a acostumbrarme a eso de Jimmy y me gustaba que me lo dijeran porque el que lo hacía era por cariño o admiración y ese tipo de sentimientos es algo que uno siempre tiene que recibir de la mejor manera. Así que nunca me disgustó que me llamaran parecido a la marca de un pitusa», concluyó Pierre sobre este particular.
Hay una realidad y es que Pierre nunca fue llamado así por la prensa ni por la mayor parte de los fanáticos. Como señalamos al inicio del escrito solo sus compañeros de equipo, buena parte de sus amigos y un grupo de seguidores de la selección santiaguera le decían “Jimmy” muchas más veces que Gabriel o que Pierre, lo que de todas maneras hace válido el titular de ser totalmente exclusivo el hecho de ser llamado como una marca de pantalón por encima de su nombre o apellido. Lo más cercano a eso fue lo acontecido con el lanzador capitalino de los años 60 y 70, Rigoberto Sánchez, a quien todos conocían como “bulto de ropa”.
A finales de los noventa el fornido jugador que actualmente reside en la ciudad estadounidense de Atlanta también fue conocido como “el Mark McGwire cubano”, al coincidir el récord de 70 cuadrangulares del inicialista de los Cardenales con el momento de esplendor de Pierre bateador de largo alcance, y especialmente por cierto parecido en el físico de ambos, aunque en el caso del jugador norteamericano contaba con mayor estatura. Por supuesto que hablamos más de apariencia que de nivel, sobre todo por el hecho de la diferencia de calidad indiscutible entre las Grandes Ligas y la Serie Nacional cubana.
Otros apodos o calificativos han logrado un impacto excepcional, lo que nos obliga a regresar sobre el tema en otras ocasiones por lo interesante del mismo. Aunque desde ya les dejo una pregunta a ustedes para reflexionar y que hasta sirva de pie para un artículo futuro. ¿Cuál es el sobrenombre más famoso o trascendente en la historia del béisbol cubano?