Por Jerry Díaz
Gabriel Pierre formó parte de la primera versión de la Aplanadora Santiaguera en Series Nacionales. Según las estadísticas del sitio oficial del Béisbol Cubano participó en 18 temporadas. En ese tiempo dejó una línea ofensiva de .295/.421/.530/.951 (AVG/OBP/SLG/OPS), sobrepasó los 1000 remolques (1043) y los 1 500 hits (1577). También superó los 300 jonrones (306) y dobletes (302). Su número de boletos recibidos (972) fue mayor que el de ponches (914).
Los muchachos de Avispas Santiagueras conversaron con Pierre en junio de 2020 por espacio de 90 minutos. Se tocaron temas muy interesantes con respecto a su carrera: las Series Nacionales, las injusticias, rivalidades, momentos de felicidad, Higinio Vélez, su Santiago de Cuba, entre otros.
Inicios
-Empecé jugando en el barrio, en la calle. Primero practicaba atletismo en la EIDE pero en el barrio jugaba mucho béisbol. Me decidí a pasarme para la pelota con 16 años. Es decir, comencé en los juveniles.
Equipo Santiago de Cuba
-Me encanta ver videos en YouTube de la época en que jugábamos. Veo mucho a Rey Isaac, Manuel Benavides, Rolando Meriño, aquel juego que ganamos 1×0 para el campeonato. Disfruto mucho ver a Santiago de Cuba.
»Aquel equipo tenía grandes bateadores. Solo hay que decir Reutilio con más de 10 jonrones era el noveno bate.
»Cuando la afición del Guillermón me gritaba “¡Pierre camina eso!” quería ponerme tapones en los oídos. No era porque no quisiera escucharlos, es porque me ponía nervioso (risas).
Equipo Cuba
-Te soy sincero, mi competencia era con Linares y Vargas. Nunca les deseé nada malo, me dedicaba a hacer mi trabajo, batear. Luego si hacía o no equipo no tenía que ver conmigo, era decisión de los directivos.
»No tengo nada en contra de los terceras de mi época pero sí creo que me llevaron pocas veces al Equipo Cuba.
»En el 2000, para Sydney fue tremendo lo de la confección del Cuba. Te soy sincero, Servio Borges buscaba alguna oportunidad para que yo me fresqueara con él con el objetivo de tacharme de por vida. Todo eso para poder decir: “mira la indisciplina que cometió”. Los directivos no ven las indisciplinas de los managers cuando quitan a alguien para poner a un amigo suyo, ellos solo miran las de los atletas.
Alfonso Urquiola
-Fue un excelente jugador y como mánager igual. No maltrataba a los peloteros, al contrario, era uno más de nosotros. En Winnipeg se dejó llevar por lo que dijeron algunos directivos para no ponerme en la alineación poniendo como razones cosas que hacíamos todos los atletas. Todos nosotros íbamos a comprar cosas para la familia. Le dijeron que yo había salido sin permiso, como si yo fuera un niño chiquito para tener que pedir permiso. Salí y regresé, ¡no hice nada malo! Pues me quitaron 2 partidos como castigo.
»Para los juegos de muerte súbita Urquiola se acercó a mí, me habló de frente y me comentó lo de la “indisciplina”. Me pusieron a jugar por llamadas de Fidel al director del INDER, el Comisionado, Urquiola y algunos peloteros. Además me llamó a mí, le dije: “estoy listo para la pelea” y me dijo: “es así como se hace”. Entre las cosas que dijo Fidel estaba el apoyo de la afición a mí, por eso respeto tanto a nuestro pueblo.
Momento más difícil
-Uno de ellos fue en la Olimpiada de Atlanta 1996. Tras estar en Japón llegué y jugué toda la Serie Nacional, tuve una gran temporada. Te digo sin dudar que fui el número uno ese año. Al término de la Serie, Pacheco me contó que no tenían en planes incluirme en la preselección. Llevaron tres terceras, Linares, Vargas y Caldés, eso fue porque yo no le caía bien a Miguel Valdés. Nunca le hice nada malo, no tenía razones para eso, siempre he sido una persona sana.
»Mi respeto para los que hicieron el equipo, ellos no tienen la culpa. La pasé muy mal por aquello. Pero fui a La Habana, hablé con Valdés, Higinio y Jorge Fuentes, ninguno me dio respuesta. Les pregunté: si no me llevan al Cuba ¿por qué tampoco me dejan ir a Japón? A los años me enteré que eso fue por haber ido un día a una sucursal de Testigo de Jehová por allá. Yo no pertenezco a esa religión pero estaba ayudando a mi esposa a buscar unos libros. Para aplastar son los número uno. Aunque me llamaban desde Japón la Comisión nunca me dejó ir. El gran culpable Miguel Valdés.
»Luego me sancionan porque cuando le pregunté por Japón me hizo un gesto de “porque no me da la gana, porque el que manda soy yo”. Yo no soy guapo, pero exijo respeto y le levanté la mano. Lo digo para desmentir lo que dijo la prensa en aquel entonces, yo a Valdés no le di con un bate, le di con la mano.
Después de la sanción
-Cuando regresé a la Serie Nacional debuté en Matanzas. Cuando salí a batear la afición matancera empezó a aplaudirme, me erizo mientras hablo de eso.
Higinio Vélez
-Mis relaciones con Higinio son buenas. Un gran director, una gran persona. Es muy sociable, respetuoso con los atletas. Siempre me atendió cuando estaba en Cuba, me respondía. Quizás ha tenido problemas con alguien, somos imperfectos y cometemos errores. Mi experiencia personal con él ha sido excelente, intachable, le agradezco mucho, no tengo ni una queja.
Rivalidad con los demás equipos
-Siempre nos llevamos muy bien con todos. En el terreno nos podías ver hasta fajados pero fuera somos grandes amigos, incluso nos invitábamos a nuestras casas. Era una excelente relación.
Ofertas de Grandes Ligas
-Siempre los scouts buscaban peloteros del equipo Cuba. Siéndote sincero nunca pensé en hacerlo. Viendo cómo fueron las cosas, si el tiempo regresara me gustaría probarme en Grandes Ligas.
Retiro masivo
-Simplemente nos dijeron que no podíamos jugar más. Estaba cansado de reclamar las cosas, obedecí.
Afición cubana
-Nunca me olvido de la afición. Respeto mucho a todos, especialmente a aquellos que me apoyaron en buenas y malas.
A continuación la entrevista a Gabriel Pierre de forma íntegra.