Por Juan Páez
En la mayoría de los casos, y salvo raras excepciones, los cambios entre organizaciones por peloteros son una lotería, son apuestas que pueden dejar muy bien parado a un equipo y muy mal a otro. Incluso a veces pueden llegar a ser un lamento bastante duradero para ejecutivos y fanáticos.
En la historia reciente ha habido tres transacciones que involucraron a tres cubanos que luego explotaron todo su potencial. Esas negociaciones, quizás, persisten en la mente de quienes halaron el gatillo y enviaron a tales peloteros hacia otro lado. Aquí, el listado del menos al más impactante:
3) Jorge Soler, Reales de Kansas City: Simplemente, los Cachorros de Chicago se cansaron de esperar por Soler. Luego de ganar la Serie Mundial de 2016 y perder a Aroldis Chapman en la agencia libre, concretaron un acuerdo con los Reales para obtener al cerrador Wade Davis a cambio del slugger cubano.
El trueque no parecía descabellado. Los oseznos obtuvieron a un cerrador establecido y dominante por un jardinero que, si bien siempre tuvo proyección, nunca dejó buenos números en tres temporadas, para colmo, plagadas de lesiones.
Soler llegó a Kansas City y tampoco explotó al segundo. Pasaron las campañas 2017 y 2018 hasta que finalmente logró su rebelión ofensiva en 2019. Dio 33 dobles, sacó 48 pelotas del parque y remolcó 117 carreras, con un OPS de .922. Lo mejor de todo es que disputó cada juego de los monarcas (162). En los Cachorros, que solo tuvieron a Davis por una zafra, nadie pegó 40 jonrones, produjo 100 rayitas, ni estuvo en play durante todo el calendario de esta etapa eliminatoria.
2) Yordan Álvarez, Astros de Houston: Si de cambios polémicos se trata, este es uno de los más sonados. El 15 de junio de 2016, los Dodgers de Los Ángeles firmaron a Yordan como un agente libre amateur. Menos de dos meses después, el 1 de agosto, lo negociaron a los Astros por el relevista derecho Josh Fields, entonces de 30 años.
Los californianos recibieron lo que buscaban. Fields fue un brazo de utilidad que se mostró a la altura tanto en la temporada regular como en los playoffs y mostró buenos números con el club hasta su salida, luego de la zafra 2018.
Pero un relevista que haga el trabajo será siempre mucho más fácil de encontrar que una joya menor a 25 años de edad, como Álvarez. El toletero isleño reventó ofensivamente el torneo pasado en las menores y esta zafra recibió el llamado a las Mayores. ¿El resultado? 26 dobles, 27 vuelacercas, 78 producidas y 1.067 de OPS en 87 enfrentamientos.
Quizás el escenario de Álvarez habría sido más difícil de haberse quedado con los Dodgers, un equipo lleno de ofensiva y de jardineros. Aparte, su puesto en la Gran Carpa parece destinado a ser el de bateador designado, algo que no existe en la Nacional. Los Astros ganaron esta negociación por mucho.
1) Rafael Palmeiro: Este debe ser el caso más acentuado para un cubano. El 5 de diciembre de 1988, antes de que se convirtiera en una estrella, los Cachorros lo enviaron a los Rangers de Texas junto con otros dos peloteros. En cambio fueron el cerrador Mitch Williams y cinco jugadores más.
Lo que siguió para Palmeiro fue aterrorizar a los lanzadores de la Liga Americana. Se convirtió en un slugger de 170 hits, 35 dobles, 35 jonrones, 100 remolcadas y 100 anotadas por año. Su defensa estelar lo hizo ganador de tres Guantes de Oro.
Cuando volvió a jugar en Wrigley Field, en junio de 2002, ya el capitalino tenía 2500 incogibles, 450 bombazos y 1500 producidas.
Williams solo estuvo con Chicago dos campañas y el resto de jugadores causó ningún impacto con el equipo grande.