Por José Félix Díaz
Análisis y reflexión. Eso es lo que por el momento merece la situación que atraviesa el Real Madrid para sus dirigentes, que al mediodía del lunes se han reunido para decidir si los males que sufre el equipo de Zidane tienen solución inmediata o no vía fichajes en el mercado que se abre en menos de un mes y que nunca ha sido del agrado de Florentino Pérez. Para diseccionar el momento del equipo se reunieron por espacio de dos horas y media el presidente blanco y José Ángel Sánchez, decidiendo abrir los ojos al mercado de invierno, una vez escuchada la opinión del entrenador.
Con el análisis han pretendido encontrar una explicación al bajón de forma que ha sufrido el equipo blanco del mes de agosto hasta ahora, en una caída que no parece tener límite. No hay motivo claro, pero desde el club hablan de las lesiones como uno de los factores clave en ese deficiente discurrir de la campaña. El segundo hace mención a la política de fichajes y de renovación de la plantilla, que a día de hoy parece claramente deficitaria.
Enero no es un mes del gusto madridista para fichar. Cierto es que es su día Marcelo apareció en invierno, pero también lo han hecho Adebayor, Cassano o Lucas Silva, jugadores que han resultado intrascendentes, precisamente de lo que quieren huir tanto Florentino Pérez como José Ángel Sánchez.
La decisión de apostar fuerte por el mercado de verano estaba tomada, pero adelantar el proceso puede tener como consecuencia pagar más por jugadores que en verano valdrían menos. Al parecer, han decidido asumir el riesgo y en las próximas semanas el Real Madrid podría incorporar un portero (Kepa), un delantero con Icardi por delante de Werner por aquello de poder jugar en Champions y sin descartar la llegada de un central, segura para el verano.