El boricua Eddie Rosario sigue viviendo un gran momento ofensivo durante la presente temporada. Después de un inicio pobre, promediando para .230 en abril y .247 en mayo, el zurdo jardinero de los Bravos de Atlanta ha comenzado a batear y de qué manera, a partir de finales del segundo mes de competencia.
A partir del día 28 de mayo, ante los Phillies, hasta día 7 de junio, ante sus rivales de turno, los New York Mets, Rosario sumaba 11 hits en 33 turnos (.333), de ellos, siete son extrabases, tres dobles, un triple y tres para la calle, con siete empujadas e igual número de anotadas.
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Esta dinámica positiva supo mantenerla ante un grande como Justin Verlander, y en la misma primera entrada, con hombre en primera base y ventaja de su equipo de dos carreras por cero, y en conteo de dos bolas y un strike con un out, Rosario castigó una recta de 93 millas por hora.
El lanzamiento quedó demasiado al centro y Eddie, con un poderoso swing que impactó la pelota a 106.3 MPH de velocidad de salida, sacó una tremenda línea que picó en tierra de nadie por la zona del jardín derecho.
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Starling Marte no se cuadró para recibir la pelota y atacó la bola pero no con el guante lo suficientemente abajo y se le fue hacia atrás, llegando hasta lo último del terreno, abriéndole las puertas del plato a Travis d’Arnaud y permitiéndole al propio Rosario anclar en tercera base.
Si bien no empujó carrera, su batazo sirvió para que los Bravos tomaran ventaja de tres desde la misma primera entrada. Hasta el cierre de esta nota, Rosario exhibía una línea ofensiva de .253/.278/.462/.740 (AVE/OBP/SLG/OPS) y New York vencía a Atlanta con marcador de 8×5.
Sin más, les dejo con la jugada: