El saltador de longitud cubano, Iván Pedroso, fue el protagonista de un hecho casi increíble en la jornada del 29 de julio de 1995, en la ciudad italiana de Sestriere. En aquel instante, el antillano se estiró hasta los 8.96 metros, lo que constituyó un nuevo récord mundial, ya que dejó atrás por un centímetro la primacía que estaba en poder del estadounidense Mike Powell desde el año 1991. No obstante, el registro de Iván Pedroso resultó invalidado. En la presente nota les recordaremos la historia paso por paso y lo que conllevó al radical dictamen.
Pedroso llegó al evento envuelto en una gran temporada, pues en competencias previas logró actuaciones extremadamente notorias. El «Saltamontes» acumuló brincos de 8,68 metros y 8,71 metros en topes anteriores, en la ciudad de Lisboa y Salamanca respectivamente. Atendiendo a esto, se visualizó que un resultado extraordinario podía aparecer y eso fue lo que sucedió ese día en Sestriere.
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La fecha de aquel 29 de julio fue extremadamente nublada y en ocasiones el viento sopló más allá del límite permisible. Iván Pedroso cometió foul en su primer chance, pero en el segundo voló hasta los 8.89 metros, aunque la medición del aire marcó 2.40 m/s, superior al límite legal permisible.
El cubano falló en su tercera oportunidad y en la cuarta ronda apenas alcanzó 7.80 metros, aunque en la quinta visita al cajón de saltos se adueñó de los 8.30 metros. Sin embargo, lo mágico se desató en su último intento.
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Alegría y sufrimiento de Iván Pedroso
¡Iván Pedroso se convirtió en plusmarquista mundial! La pizarra marcó 8.96 metros y la alegría fue visible en el caribeño. Las imágenes del momento retratan al saltador en medio de un indescriptible júbilo. Pero, lo que pareció un sueño cumplido se transformó en una terrible pesadilla apenas unas horas después.
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El registro de Iván Pedroso no se reconoció como récord absoluto por el ente rector del atletismo. La causa principal del debate fue la posición de una persona, quien se interpuso en la medición del anemómetro y no permitió que este artefacto realizara su función correctamente. En la trasmisión televisiva se hizo difícil visualizar todo el movimiento técnico, debido a la espesa neblina que inundó la pista.
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La polémica no estuvo ausente y muchos dijeron que el mismo sujeto que entorpeció el anemómetro permaneció en esa posición en otros saltos que fueron declarados válidos. El debate se tornó bastante fuerte, pero no hubo marcha atrás.
Iván Pedroso perdió la oportunidad de inscribir su nombre entre los poseedores de cotas mundiales, pues nunca más pudo acercarse a los 8.96 metros que venció en Sestriere. El suceso quedó como un triste episodio en su carrera deportiva.
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