Javier Gálvez: Yo digo lo que pienso y eso me ha traído problemas con los dirigentes del béisbol cubano

Javier Gálvez es reconocido por muchos especialistas como uno de los entrenadores de pitcheo más capacitados que hay en Cuba en la actualidad. Swing Completo tuvo el enorme privilegio de conversar con este humilde hombre de béisbol, sobre el pasado y el presente de su carrera deportiva. Este moreno natural de Boyeros, se inició en […]

Javier Gálvez es reconocido por muchos especialistas como uno de los entrenadores de pitcheo más capacitados que hay en Cuba en la actualidad. Swing Completo tuvo el enorme privilegio de conversar con este humilde hombre de béisbol, sobre el pasado y el presente de su carrera deportiva.

Este moreno natural de Boyeros, se inició en la pelota como lanzador, labor que reconoce no haber disfrutado a plenitud; unas veces por los resultados adversos, otras por causa de las lesiones y la que más lo marcó, la poca orientación que recibió cuando comenzaba en el difícil arte de lanzar.

Fue quizá por esto que Gálvez decidió estudiar y profundizar en sus conocimientos teóricos hasta convertirse en licenciado en Cultura Física, para poder transmitirle a las futuras generaciones sus experiencias.

¿Luego de una efimera carrera como atleta, como te conviertes en entrenador?

-Al principio pensé que no estaba capacitado o no tenía las condiciones necesarias para convertirme en un buen entrenador, pero poco a poco, con mi dedicación y entrega a los estudios, fui madurando en esta compleja profesión y me enamoré de ella, de manera tal que ahora no sé si pudiera vivir sin entrenar lanzadores.

¿Cómo surge este trabajo de formación de los lanzadores en la antigua provincia Habana, luego de un vacío generacional?

En la década de los noventa, los equipos del territorio tenían fama de contar con una ofensiva temible, sin embargo, no poseían lanzadores capaces de comportarse a la altura de su line-up. Fue entonces que nos dimos a la tarea de realizar un trabajo serio de captación de las jóvenes figuras que contaran con el talento necesario y darle un seguimiento sistemático, lo cual brindó los frutos a mediano plazo.

Tuve el privelegio de trabajar con José Ibar, quien ya era un pitcher de sobrada calidad cuando empezamos con esta labor, también lo hicimos con Raúl Valdés, Lemay de la Rosa, Vladimir Núñez, Ángel Morejón y José Antonio ¨navajitas¨ González, entre otros, que fueron la semilla de lo que vendría después.

Fuiste el artífice del impresionante staff de monticulistas que logró aglutinar el equipo, La Habana, alrededor del año 2009, bajo la dirección de Esteban Lombillo. ¿Cómo se siente lograr un trabajo tan sólido y exitoso?

Primeramente, señalar que tuve la suerte que se unieran dos generaciones de lanzadores con un talento impresionante, por una parte, estaba Jonder Martínez, Yulieski González y José Angel García, y otros, que ya tenían un trayecto de varias Series Nacionales y por otro lado una pléyade de jovenes dotados de unas condiciones excepcionales y con unos deseos enormes de triunfar en el béisbol.

Los lamentablemente desaparecidos Yadier Pedroso y Miguel Alfredo González encabezaban ese conglomerado en el que no se quedaban atrás Miguel Lahera, Kenny Rodríguez y Richard Aguilera, por solo mencionar algunos.

Lo cierto es que a ese grupo solo hubo que ponerle a su disposición, horas de trabajo y disciplina para buscar la perfección, nosotros sabíamos que el éxito estaba asegurado.

Pasado el tiempo y por diversos motivos, este grupo de cierta forma se disolvió un tanto, y aunque permaneció su núcleo, se vio afectada la profundidad que poseían en años anteriores. Fue entonces cuando surgió nuevamente, como por arte de magia, nuevos rostros que impresionaban por su somatotipo y sus extraordinarios dotes para lanzar, todos con facilidad, por encima de las 90 millas.

Eran prácticamente adolescentes, Michel Báez, Ronald Bolaños, Noel Arguelles, Ariel Miranda, Yosúan Gil, Adrián Morejón, Rogelio Quesada, Leinier Rodríguez y Sergio E. Luzardo, quienes no demoraron en mostrar su talento fuera de Cuba, y muchos fueron firmados por organizaciones de Grandes Ligas, siendo en muchos casos de los principales prospectos de sus franquicias.

¿Con cual de ellos tuviste la posibilidad de trabajar más de cerca?

Trabajé con todos y en su totalidad eran jóvenes dechados de virtudes y por demás buenas personas. Con los que más roce tuve fue con Michel Báez y Ronald Bolaños, pero fue un período muy corto, cerca de dos años, no más, siempre traté de darles los mejores consejos y puse todos mis conocimientos en función de su desarrollo.

¿Qué siente Gálvez cuando ve un alumno suyo en el mejor béisbol del mundo, o a las puertas de él?

Estoy muy orgulloso de haber aportado, al menos, un tanto en su formación como atleta y como persona, les deceo lo mejor a todos y seguirán siendo mis alumnos por siempre. En muchas oportunidades me los he encontrado en diferentes lugares y cuando me reconocen, siento el placer del deber cumplido, yo soy un soldado del béisbol y me debo a mis discípulos.

¿Crees que en muchas ocasiones pudiendo formar parte de los equipos Cuba, no se te tuvo en cuenta?

A mí nunca me han afectado esas cosas, lo mío es trabajar, me molesto cuando dejan un alumno mío que tuvo un buen año fuera de la preselección, ellos son los que tomen las decisiones y siempre las he respetado, eso sí, yo siempre digo lo que pienso. Cuando por los resultados de mi trabajo me han incluido en el equipo nacional, hay que respetarme dentro del campo, muchas veces no ha gustado mi manera de hacer las cosas, porque soy independiente en el terreno, no me guio por nadie para realizar mis funciones y eso me ha causado problemas con los manager y los dirigentes del béisbol en el país.

Ahora cambiamos de tema y quiero que me cuentes sobre el pasado mas reciente de Javier Gálvez ¿Donde has estado que hace un tiempo no se te ve a menudo?

Hacía varios años que no estaba en nuestro país y por ende estaba alejado de las Series Nacionales, estuve colaborando con varias naciones como Perú, Guatemala e Italia.

Desde la pasada campaña te vimos incorporado al colectivo de entrenadores de los Leones. ¿A que se debe esto?

Rey Vicente Anglada me pidió que lo ayudara con el pitcheo de los azules luego de regresar de los Juegos Panamericanos de Lima y aquí estoy, Rey es mi amigo en lo personal y a los amigos se les ayuda, vine con mi mayor deseo de aportar y colaborar en todo lo que pudiese. Quiero aclararle a la afición que yo no soy visita en los Industriales yo me puse esa camiseta mucho antes que muchos de los que se la ponen hoy.

Sabemos que para la venidera Serie 60 estarás como coach de banca, asistiéndole al manager Guillermo Carmona ¿Te alejarás del área de los lanzadores?

Para nada, eso forma parte de las múltiples funciones del coach de banca, tener una visión general de todo lo que sucede dentro del campo y el análisis de las estadísticas será mi principal misión, en los años que estuve con Esteban Lombillo el me dio la libertad para tomar decisiones y alcancé la experiencia necesaria para asumir esta responsabilidad.             

¿Por qué industriales y no Mayabeque?

Esas son decisiones que uno asume en determinados momentos por circuntancias ajenas a su voluntad, me parece que conmigo no se portaron de la mejor manera y por eso decidí no incorporarme a los Huracanes, yo dejé una huella en ese equipo y eso merece respeto, si mañana tengo que hacer algo por Mayabeque, lo hago porque es la provincia donde me desarrollé y donde vivo en la actualidad, pero hoy no puede ser, a lo mejor en otro momento, hoy estoy con Industriales.

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