Javier Sotomayor, el aún recordista mundial en el evento del salto de altura, es de las figuras más relevantes del atletismo universal. El registro de 2.45 metros, que logró el matancero en el año 1993, está situado en la historia como algo infranqueable. La medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y la de plata en la versión de Sydney 2000, relucen en su expediente. No obstante, el cubano tuvo dos manchas en su recorrido, que lo unieron con supuestos casos de do**je.
El seis veces titular del orbe no tuvo reparos en recordar aquellas vivencias que lo pusieron en el centro de la polémica. Javier Sotomayor ofreció declaraciones al medio de comunicación Relevo, en la jornada del 25 de octubre, en las que rememoró aquellos instantes de tensión.
Recordemos que el primer suceso de este tipo ocurrió después de los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999. El antillano, quien se ciñó la corona en la competición continental con un mejor intento de 2.30 metros, recibió una acu**ción por consumo de co**ína. Javier Sotomayor perdió la presea y le impusieron dos años de castigo, que finalmente fue uno solo.
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El protagonista de los acontecimientos negó una y otra vez que el señalamiento fuera cierto. Hoy en día, ese sigue siendo el pensamiento del exatleta.
«Ojalá supiera quién estuvo detrás. Los motivos siguen siendo para mí los mismos y la respuesta exacta no la tengo. Lo que sí es cierto es que en los Juegos Panamericanos yo gané con 2,30m. Esa altura yo las salté 344 veces. No creo que para mí fuera necesario consumir absolutamente nada. Y más, cuando tuve la posibilidad de no participar en ese campeonato. Yo había tenido una hernia y los doctores me dijeron que no participara en Winnipeg», dijo Javier Sotomayor al medio de comunicación Relevo.
«Tenía ya que ser la persona más tonta del mundo si consumo algo sabiendo que me iba a exponer a esto. Porque, al ganar, me iban a hacer un prueba antidopaje sí o sí», señaló.
Javier Sotomayor y el punto negativo en su carrera deportiva
La segunda problemática que enroló a Javier Sotomayor con el d**ing sucedió en el año 2001, temporada en la que el caribeño dijo adiós al deporte activo. En esa ocasión la sanción impuesta fue de por vida, tras dar positivo a nandro**na, en el test que se le realizó después de su participación en la Reunión Internacional de atletismo de Tenerife, Islas Canarias (España).
«El segundo es más raro aún. Un resultado seis meses después, cuando yo ya había dicho que no iba a volver a saltar, estaba metido en el mundo cultural con un grupo de música, salió esto. En ese caso, por lo poco que yo conozco, la nandro**na no se va tan fácil del organismo, y yo me hice controles antes y después de ese día, saliendo todos negativos», dijo Javier Sotomayor, quien a través de los años defendió su inocencia.
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Las palabras del entrevistado expresaron su inconformidad por las dudas que muchos intentaron sembrar sobre él, lo que hace que estos capítulos lo persigan para siempre. «Me molesta que me lo sigan recordando achacándome una culpabilidad», sentenció.
Javier Sotomayor aprovechó en el pasado cualquier tribuna a su alcance para poner sobre su persona el manto de su propia verdad. Según el Príncipe de las Alturas, todo fue un complot premeditado en su contra.
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