Por Aliet Arzola Lima
Los Alazanes de Granma sacaron la artillería pesada en el parque José Ramón Cepero y con tres jonronazos fabricaron ocho carreras para derrotar 8×2 a los Tigres avileños en el tercer partido semifinal de la 61 Serie Nacional de Béisbol, por lo que ahora están a solo un paso de avanzar a su segunda final en línea y a la cuarta en las últimas seis campañas.
Liderados por Guillermo Avilés e Iván Prieto, los actuales monarcas pegaron 11 hits frente a tres serpentineros de Ciego de Ávila, quienes no pudieron contener la avalancha ofensiva del conjunto oriental.
La fiesta granmense empezó temprano, pues en el mismo primer inning marcaron cuatro anotaciones por un largo bambinazo de Iván Prieto con las bases llenas frente al abridor Luis Alberto Marrero, quien no pudo completar el primer tercio del choque. Este fue el tercer vuelacercas del máscara en la presente postemporada, en la cual ha conectado seis extrabases en total y se ha robado cuatro bases.
Por cierto, el grand slam de Prieto es el primero que consiguen los Alazanes en postemporada desde el quinto partido final de la Serie 57 (25 de enero del 2018), cuando Raúl González (refuerzo) le botó la pelota con la casa llena al tunero Alejandro Meneses, a la altura de la tercera entrada. Granma fabricó siete carreras en ese inning y ganó el partido con pizarra de 11×5.
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Ahora Prieto lo imitó y encendió la chispa de Granma, que contó también con gran apoyo de Guillermo Avilés, autor de par de cuadrangulares y cuatro remoques. El primer bambinazo del inicialista se produjo contra los envíos de Marrero en el tercer episodio, cuando desapareció la pelota por encima del bullpen ubicado tras las cercas del bosque derecho. Por si no fuera suficiente, en el sexto repitió la dosis frente al relevista Osvaldo Cárdenas.
Al margen del gran despliegue ofensivo de los Alazanes, una de las mejores noticias para el mentor Carlos Martí fue la extraordinaria faena monticular del abridor Yunier Castillo, quien se apoyó en un gran control y caminó siete episodios a ritmo de cuatro ponches, dos boletos, con solo tres hits y una carrera en su cuenta.
El zurdo ya había lanzado un juego espectacular contra Industriales en cuartos de final, instancia en la que permitió solo una limpia en ocho entradas de labor frente a los Leones. El serpentinero trabajó en el cuarto duelo de la serie, en el cual propinó dos ponches y solo aceptó par de indiscutibles, pero cargó con la derrota porque su equipo no lo respaldo desde el rectángulo ofensivo.
Sumando estos dos encuentros, Castillo solo ha permitido cinco hits en 48 turnos oficiales, por lo que los contrarios le batean para un anémico .104. Además, en 15 innings le han marcado apenas dos limpias, por lo que su efectividad es de 1.20. Contra todos los pronósticos, estos números lo ubican como el mejor lanzador de los Alazanes en la presente postemporada.
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Lo más impresionante de su faena es el giro radical respecto a la temporada regular, en la cual dejó efectividad de 4.94, WHIP de 1.60 y un promedio de 10.43 hits permitidos por cada nueve entradas de labor.
Tras el triunfo de los Alazanes este lunes, la serie semifinal se ha colocado de un solo lado, con tres victorias para los orientales y ninguna de Ciego de Ávila. Los Tigres están ahora obligados a ganar cuatro partidos seguidos si quieren concretar una remontada nunca antes vista en la historia de la postemporada en Series Nacionales.