«El bochorno más grande de mi vida, solo quería visa para irme», declaró lanzador cubano

Robiel Vega

Jorge Martínez narró un episodio que terminó convirtiendo a su pasaporte en protagonista y mostrando la verdadera cara de la dictadura.

Jorge Martínez narró un episodio que terminó convirtiendo a su pasaporte en protagonista y mostrando la verdadera cara de la dictadura.

El béisbol cubano está lleno de anécdotas que van más allá de jonrones, ponches y campeonatos. Muchas de ellas reflejan las complejidades extradeportivas que han acompañado durante décadas a quienes vistieron o intentaron vestir el uniforme del equipo Cuba. Una de esas historias, tan insólita como reveladora, fue contada por el lanzador Jorge Martínez.

Este experimentado serpentinero capitalino, con ocho temporadas defendiendo los colores de Matanzas en la Serie Nacional, la compartió durante su participación como invitado en El Show de Swing Completo. Con cierta amargura, Jorge Martínez narró un episodio que terminó convirtiendo su pasaporte en protagonista de uno de los momentos más incómodos de su carrera y mostró la verdadera cara de la dictadura.

El sueño del equipo Cuba y una designación inesperada

Martínez recordó que aquel año integró por primera vez una preselección del equipo Cuba que viajaría a Nicaragua. Como cualquier pelotero en la Isla, la convocatoria representaba un premio al esfuerzo. Durante los entrenamientos en Ciego de Ávila recibió incluso una noticia que lo llenó de entusiasmo: Roger Machado, entonces mánager del conjunto, le comunicó que abriría el primer juego del torneo.

«Me acuerdo que cuando yo estaba allí en la preselección en Ciego de Ávila, Roger me dice que yo iba a lanzar el primer juego… Yo miraba para el lado y veía a Freddy Asiel Álvarez y decía: ¿Yo voy a pichar el primer juego aquí?», contó el derecho, evidenciando la emoción del momento.

«Luego empezaron a pasar cosas, al punto que, el día antes de viajar, fuimos a hacernos el pasaporte rojo que hacen para que viajen las delegaciones y me llegan una serie de personas, de jefes y me dicen: Tienes un problema con tu pasaporte, tú tienes un pasaporte azul», narró el lanzador cubano Jorge Martínez.

El pasaporte azul y el bochorno más grande de Jorge Martínez

Martínez explicó que poseía un pasaporte azul, de uso personal, algo que era de conocimiento público. «Chico, eso lo sabe hasta los perros en Guantánamo, todo el mundo sabe que tengo un pasaporte azul», respondió cuando intentaron cuestionarlo. La solución que le propusieron fue tan directa como ultrajante: entregar ese pasaporte para poder viajar con el equipo.

Al día siguiente entrenó con normalidad, sin recibir respuestas claras. Poco antes de partir al aeropuerto fue llamado nuevamente a una oficina, donde le comunicaron que no podía integrar la delegación si no entregaba el documento. La negativa de Jorge Martínez fue rotunda. «Yo dije: ¿Sabes qué?, yo no te voy a dar mi pasaporte», recordó.

La escena terminó con él devolviendo la ropa asignada y regresando solo a La Habana. Desorientado y golpeado anímicamente, tomó rumbo a Matanzas, donde se encerró en su casa por la vergüenza. «Eso fue increíble, eso ha sido el bochorno más grande de mi vida», confesó.

Un año después volvió a ser contactado para el equipo Cuba, pero su respuesta ya no fue la misma. «Yo dije que no quería hacer equipo Cuba ni nada de eso… yo lo que quiero es que llegue mi visa para irme», concluyó. Hoy, lejos de aquel episodio, Jorge Martínez disfruta de un presente construido a base de esfuerzo, con reconocimiento como uno de los lanzadores cubanos más destacados de las ligas invernales, dueño absoluto de su carrera y de su destino.

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