Jorge Soler con una temporada 2017 poco alentadora

Daniel De Malas Andreu

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MLB

Juan Páez / @jmanupz

2017 fue un año de decepción para el toletero por donde se le mire, pues sufrió una involución tremenda en su ofensiva y en su tiempo de juego en la Gran Carpa.



Luego de tres temporadas con los Cachorros de Chicago, en las que inclusive fue parte del campeonato que lograron los oseznos en 2016, el equipo de la ciudad de los vientos lo envió a los Reales de Kansas City a cambio del estelar cerrador Wade Davis. La gerencia y los técnicos del club monarca se mostraron esperanzados desde el día uno: consideraban que recibían a un slugger que aún no había llegado a su máximo nivel, a un peloterazo quizás en las fases finales de su desarrollo.

Había motivos para creer que Soler tendría un buen año, ahora en un conjunto menos mediático y por la frescura que implica cambiar de aires. Dio cinco jonrones en 24 juegos en 2014, 10 en 101 compromisos al año siguiente y 12 en 86 desafíos en la campaña pasada. En la  postemporada de 2015, durante siete choques, sacó tres pelotas del parque y empujó cinco carreras. Números que podrían generar buenos presagios si eres un bateador de 24 o 25 primaveras.

Pero la finalizada zafra no comenzó del todo bien para el de La Habana, quien se convirtió en profesional luego de firmar contrato de nueve temporadas y 30 millones de dólares en 2012. Sufrió una lesión en el spring training que le impidió arrancar la ronda regular a tiempo.



 

 

El 21 de abril inició un programa de rehabilitación en las menores, a fin de ponerse a tono para subir al equipo grande y finalmente debutar con los Reales. Disputó 11 duelos y ligó 12 imparables en 39 turnos legales (.308), con tres estacazos de vuelta completa y siete remolcadas, además de cinco boletos. Hasta ahora, todo bien.

Al estar listo y ascender, la historia fue otra para Soler. Lo probaron por todo mayo y en 55 oportunidades oficiales dio solo nueve hits, junto con tres dobletes y un vuelacerca. Su average fue de .164. Lo bajaron, volvió a subir un mes después y tampoco rindió.

En total, solo jugó 35 veces y ligó para .144 de promedio con el madero, su OPS fue de .503, bastante pobre incluso para un jugador que no conecte cuadrangulares. Se ponchó en 36 ocasiones.



 

¿Qué se aproxima?

Para saber o, mejor dicho, tener nociones de lo que podría estar cerca para el cubano es necesario evaluar una estadística vital: el famoso BABIP, el promedio de bateo con bolas puestas en juego.

El del patrullero fue .128 en 2016 y .161 en 2017. Podría tener tres lecturas: 1) que sus conexiones no fueron lo suficiente fuertes como para caer en territorio de nadie, 2) que la defensiva está haciendo estragos frente a sus batazos o 3) que tuvo mala suerte en las dos últimas campañas.

El primer punto queda descartado. Sus impactos salieron del bate a 88.88 millas por hora, marca por encima del promedio de las Grandes Ligas (87.32 MPH). Su ángulo de lanzamiento fue de 19.07 grados, la elevación perfecta para conectar una mayor cantidad de extrabases.

Podría ser mala suerte aunado a la búsqueda de pitcheos malos, como él mismo lo dijo en una ocasión cuando regresó a las Mayores en esta zafra. Ser más paciente en el plato y tratar de usar todo el terreno para depositar sus batazos, pues en 2017 apenas 19.7 por ciento de sus conexiones cayó en el jardín derecho. Paciencia, la palabra a la que deben recurrir los Reales para que Soler termine de hacer realidad lo que alguna vez soñaron los Cachorros.

 

Estadísticas de por vida de Jorge Soler en las Grandes Ligas:

Año Edad Equi J PA AB R H 2B 3B HR RBI BB SO BA OBP SLG OPS
2014 22 CHC 24 97 89 11 26 8 1 5 20 6 24 .292 .330 .573 .903
2015 23 CHC 101 404 366 39 96 18 1 10 47 32 121 .262 .324 .399 .723
2016 24 CHC 86 264 227 37 54 9 0 12 31 31 66 .238 .333 .436 .769
2017 25 KCR 35 110 97 7 14 5 0 2 6 12 36 .144 .245 .258 .503
Total: 246 875 779 94 190 40 2 29 104 81 247 .244 .318 .412 .730

 




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