José Abreu: más que un símbolo

Alexander García Ya los 200 jonrones de Pito Abreu son un hecho, pero hablando con propiedad, a sus 33 años, José Abreu está mejor que nunca, tal vez en la cúspide de su carrera y por ello ahora mismo hablar de 300 jonrones, incluso 350 en Grandes Ligas ilusiona a todos porque el cubano da […]

Alexander García

Ya los 200 jonrones de Pito Abreu son un hecho, pero hablando con propiedad, a sus 33 años, José Abreu está mejor que nunca, tal vez en la cúspide de su carrera y por ello ahora mismo hablar de 300 jonrones, incluso 350 en Grandes Ligas ilusiona a todos porque el cubano da la idea de que todo lo puede, lo que quiera.

A estas alturas, muchos comentan de que este es su momento y si hace par de años, todos miraban a Mike Trout como el todopoderoso de las Grandes Ligas, Dios, el amo, lo supremo en cuanto a calidad; hoy, Pito está ahí, dando la cara y plantando batalla desde el comienzo, pues a pesar de lucir medio desajustado en estos primeros partidos de temporada, nadie duda que el cubano engrasara sus motores para la batalla.

Si hay un rostro emblemático del pelotero latino hoy, ese es Pito Abreu y es un rostro más allá de orbita de los White Sox y de la división central de la Liga Americana; aun sin los bombos de otros, de Ronald Acuña jr, de Fernando Tatis Jr, de Vladimir Guerrero, incluso de Francisco Lindor, el verdadero mandamás es Abreu.

Pocos recuerdan que en su primera campaña, allá por 2014, Pito tuvo números incluso para contender por el MVP, al final fue el novato del año, pero tuvo los números para pelearle el galardón a Mike Trout y por eso, el contexto actual, hoy, 8 años después, sin el impacto mediático de Trout, para muchos el mejor pelotero del mundo hoy; sin castillos de naipes, José Abreu está ahí y bien puede ser el mejor otra vez.

Hace 9 años, en 2012, Miguel Cabrera comenzaba un reinado de dos temporadas como el mejor del planeta y sendos premios MVP legitimaron el poderío del venezolano en la Gran Carpa. En aquel entonces Cabrera fue un símbolo para la afición latina y su imagen por si sola sigue detentando el respeto del fanático; hoy, José Abreu puede estar reeditando aquel dominio con creces, reescribiendo la historia y forjando el camino hacia Cooperstown.

En este punto y salvando las distancias, pudiéramos estar hablando de relevo, Pito lo tiene todo y al momento de escribir este texto, recibía su galardón de MVP, como para que  el beneficio de la duda nos permita creer en que si, que este año también se puede.

Nos vemos a la vuelta.