La solidez de Moncada y Yandy Díaz vs. el ‘opaco’ Leonys

Empecemos con Moncada, el superprospecto que pasó de los Medias Rojas de Boston a los Medias Blancas de Chicago en el cambio que involucró al as Chris Sale. El nacido en Abreus, luego de participar en ocho juegos con los patirrojos en 2016, debutó con los patiblancos el 19 de julio.

Tuvo un lentísimo comienzo con el madero, al punto de dar solo cuatro hits en 40 turnos legales, con un doble, un triple y un estacazo de vuelta completa, además de seis empujadas en sus primeros 13 juegos en la ciudad de los vientos. En ese lapso se ponchó 17 veces y apenas ligó para .100 de average, pobre por donde se le mire, pero el staff técnico siempre confió en su enorme talento.

El mayor problema de Moncada en 2017 fueron sus altibajos y la inconsistencia con el bate. Fue un toletero de rachas, definitivamente. Justo después de ese inicio, su promedio fue de .400 en sus siguientes siete desafíos, producto de 10 imparables en 25 viajes al plato. Instantáneamente, volvió a caer en un slump. Luego, entre el 9 y el 16 de septiembre, sonó 15 incogibles en 38 oportunidades oficiales (.395).

Al final, uno de los peloteros más promisorios del béisbol de la Gran Carpa disputó 54 choques, tuvo average de .231 y registró ocho dobles, dos triples y ocho jonrones, con 22 remolques y 31 anotadas. En ocasiones se vio como la joya que promete ser, en otras como un pelotero del montón. Pero es normal que el diamante no se muestre tan brillante antes de ser pulido completamente.

Yoan entrará al spring training y a la ronda regular como el segunda base titular de los Medias Blancas. No tendrá que ganarse ningún puesto si tiene un decente entrenamiento primaveral, algo que ya representa una ventaja. Con el puesto asegurado, solo le quedará mostrar de lo que es capaz.

El que no tuvo suerte en ninguna parte del año fue Leonys Martín. Estaba llamado a ser el jardinero central de los Marineros de Seattle y no pudo aprovechar la oportunidad dorada. Por el contrario, terminó en las menores y eventualmente los Cachorros de Chicago lo tomaron desde los navieros.

En su nuevo conjunto las cosas no cambiaron. Apenas dio dos hits en 13 turnos legales, a lo largo de 15 juegos, e incluso lanzó por primera vez en su carrera en las Mayores. Más que todo salía para cubrir uno de los jardines en los últimos innings de los juegos.

A estas alturas, Martín deberá ganarse un puesto. Por suerte, firmó contrato de Grandes Ligas con los Tigres de Detroit y, en un club en reestructuración, no será tan complicado permanecer en el equipo grande. Pero su carrera en la Gran Carpa empieza a perder brillo rápidamente, mucho más si no comienza a batear.