Por Ernesto Amaya
Ya terminó para Pinar del Río la 59 Serie Nacional de Béisbol y concluyeron en el noveno puesto de la tabla de posiciones con 23 éxitos y 21 fracasos. Casi logran el octavo cupo, pero se quedaron cortos en el intento. Las victorias de Industriales, Granma y Las Tunas ante Artemisa, Ciego de Ávila y Mayabeque, respectivamente, pusieron el último clavo en el ataúd.
Fueron 45 partidos extenuantes en los que hubo de todo: decisiones arbitrales polémicas, jugadas controvertidas, expulsiones, remontadas, mucho sol y hasta la lluvia fue protagonista en más de un desafío.
Pero hay algo que nunca faltó en los verdeamarillos y fue las ganas de vencer, los deseos de hacer las cosas bien y regalarle al público el mejor de los espectáculos.
Esta campaña deja varias sensaciones positivas en los aficionados. Pinar fue uno de los pocos conjuntos que no fue barrido por ningún rival, los atletas jóvenes tuvieron bastante protagonismo y sobradas oportunidades, el público siempre asistió al estadio y demostró el apoyo a los suyos y la cohesión grupal reinó durante toda la competencia.
Mención aparte merece el manager Alfonso Urquiola, quién rompió un contrato jugoso en Panamá para regresar con su tropa, y a pesar de los reiterados problemas de salud siempre trató de estar ahí sin descansar un segundo en la búsqueda de soluciones para dar a la novena un mejor rendimiento. Alfonso seguirá al mando y el próximo año otro gallo cantará.
Tal y como sucedió en la contienda número 49, hace ya 10 temporadas, Pinar quedó fuera de la zona de clasificación y ahora en la 59 sucede lo mismo. La parte interesante está en que la Serie de Oro (50), fue ganada por los Vegueros y el próximo año vendrá la 60 ¿se repetirá el suceso 10 años después? Pinar perdió una batalla, pero no la guerra.