El capitalino Lázaro Vargas está considerado como uno de los mejores antesalistas de la historia del beisbol cubano. Acumuló grandes números y triunfos en Series Nacionales, así como un importante palmarés en eventos foráneos como dos metales dorados en Juegos Olímpicos.
Hace 11 días, el pasado 20 de enero, Lázaro Vargas ofreció una entrevista al espacio La Casa de Maka donde habló de su pasado en Cuba y su presente en los Estados Unidos. En esta, tocó varios puntos polémicos como sus ganancias como pelotero, el rechazo a una oferta de MLB y los atropellos que sufrían los jugadores en su época.
Lázaro Vargas habló de la sanción a Cheito Rodríguez y otros atropellos
«Duele que las personas no sean consecuentes. Me trataste de una manera, quizá me costó hasta mi puesto, por algo que hice que ahora tú lo permites y eso es duro», reflexionó Lázaro Vargas refiriéndose a sanciones que recibieron sus compañeros por cosas que en la Cuba de hoy son muy normales como salir del país o tener dólares.
El extraclase exantesalista puso el ejemplo de Pedro José Rodríguez «Cheito», quien fue sancionado en el esplendor de su carrera deportiva por tener dólares. Recordemos que la tenencia de divisas en Cuba fue penada por la ley hasta finales de los 90.
«Mira el caso de Cheito. En el medio de su carrera deportiva que por 30 dólares fue sancionado de por vida. Y el no tenga dólares en Cuba ahora no come. Entonces ¿cómo tú me explicas eso? Hay gente que dice que fueron otros tiempos, pero ya desbarataste a un hombre, su carrera deportiva completa».
Habló de otros atropellos que lo decepcionaron como la no inclusión de Antonio Pacheco en el Salón de la Fama de la pelota cubana.
«Un hombre que dio su vida y porque un día decidió vivir fuera del país tú le dices que no puede estar en el Salón de la Fama de Cuba. Ahora, hubo quien se fue en una lancha, regresa y juega», apostilló.
Respecto a esto último, Lázaro Vargas dice que está de acuerdo con que los peloteros que se vayan puedan regresar y jugar por Cuba, pero la falta de coherencia es lo que le decepcionó. «Yo lo aplaudo, fíjate, está bien, pero acabaste con otro hombre y ahora entonces sí se puede hacer. Entonces es muy duro», añadió.
Lázaro Vargas no solo vio como muchos de sus compañeros fueron atropellados o maltratados. El propio exindustrialista sufrió de abusos que, en ocasiones, eran causados por nimiedades como gestos o sencillamente, la forma de jugar del pelotero.
«Un día estoy jugando con 40 de fiebre y así mismo conecté jonrón. Cuando doy la vuelta al cuadro la di despacito, porque no me sentía bien. Pues un dirigente dijo que yo era un malcriado, que qué maneras eran esas, que no se me podía permitir. Y pasó que yo tenía mi estilo de jugar y a alguien no le caes bien y te critican por eso. Y podía costar no hacer el equipo nacional, solo porque a una persona no le gustó, por ejemplo, como tiraste para primera», narró.